Capítulo 3: No. No Es Una Central...

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Me monté en la camioneta. Era una camioneta roja con marchas y yo nunca había conducido con una de estas pero me fui adaptando. Mi coche era un BMW azul marino híbrido con marchas automáticas. Me lo compré un mes después de conocer a mi mujer. Para poder ir a verla, ya que estábamos separados por 10 km de carretera. Cuando la conocí, fue el día más bonito de mi vida. Veréis. Estábamos en una boda, la boda de mi mejor amigo Marc. Él vino con mucha gente que él conocía de su viaje a Inglaterra, ya que estuvo estudiando allí 5 años medicina. Bueno, pues entre estas personas me fijé en una que era guapísima. Me acerqué a ella y lleno de valor le dije: "Hello, what's tu nombre".Mi inglés no era muy perfecto. Ella se rió y me respondió: "Me llamo Ana y también soy española" Y comenzó a reírse. Nos fuimos conociendo muy rápido. Bailamos. Bebimos. Y sobre todo, no perdimos el contacto. Unos meses después me armé de valor y le dije: "¿Quieres salir conmigo?" A lo que ella respondió: "Síiiiii" Nos casamos a los 3 meses y tuvimos una hija. Qué recuerdos.
***
-Hola Ana... Qué haces.
-Estoy comprobando una cosa. Este mes mi empresa pierde dinero...
-Bueno, te tengo que preguntar una cosa muy importante.
-¿Sí?¿Y qué es?Espero que no sea nada malo.
-No tranquila... Todo este tiempo contigo me ha hecho pensar lo mucho que te quiero y... Bueno... Lo que quería preguntarte es... ¿Quieres casarte conmigo?
-Oh Martin... Síiiiii, si quiero (Salta y le da un beso en los labios)
***
Tras unas horas de viaje llegué a la explanada que daba al parking de la central. Seguí el camino hasta ella y de repente salí disparado y me estampé contra un coche. Había una especie de campo magnético. Lancé una piedra contra este y explotó en mil pedazos. "Nota mental: cuidado con los campos electromagnéticos invisibles explosivos"-me dije a mí mismo. Empecé a bordearlo, con mucho cuidado. No quería que me volviese a pasar algo parecido a lo que me había pasado posteriormente en el parking. Al final vi la central, pero lo que más me extrañó no fue que estuviese funcionando a más de su máxima potencia, sino lo que había estrellado a unos 100 metros de esta. "No, no es una central"-dije. Parecía un cubo metálico gigante. Sería sin exagerar, de unos 200 metros de altura. Tenía una puerta pequeña en la base. La «Cosa», estaba irradiando ondas a la estación y por eso había electricidad. De repente, el móvil que encontré se encendió. Las ondas lo habían cargado a tope. Lo cogí y en la pantalla de inicio vi una dirección. En de fondo, había una niña pequeña. Seguramente la hija de alguien. Coincide todo, ya que el móvil estaba al lado de un oso de peluche. "Volveré a revisar esto, pero antes..."-dije. Miré al móvil y me subí a la camioneta.

24 HORAS ANTES [Publicando 2a Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora