Subimos el ¿tentáculo? de Ello en la camioneta y fuimos a por Luke al árbol. Subimos al puesto de vigilancia y Luke no estaba. Empezamos a buscarle por el bosque. Intentábamos ser discretos y rápidos al mismo tiempo. Kevin esa mañana, mientras desayunábamos, me contó que Ellos salían por la noche y secuestraban a supervivientes. Después desaparecían y no se les volvería a ver nunca. Estuvimos una medía hora larga buscándole y al final le encontramos en una madriguera de conejos con uno de ellos en la boca. "No vuelvas a irte así Luke. Nos habías asustado." -le dije. Me pegó un lametón de respuesta. Nos subimos de nuevo a la camioneta y emprendimos la vuelta a La Madriguera. Ya era muy tarde y estaba muy oscuro. Con cautela, fuimos por la carretera del bosque sin luces para no alarmar a ninguno de Ellos. Estábamos a escasos 2 kilómetros cuando de repente pegué un estornudo que sonó a hectáreas de donde estábamos. Seguido, algo saltó de un arbusto y antes de darnos cuenta que era uno de Ellos, ya se había encaramado a la furgoneta. Pisé tan a fondo que aceleramos de 90 a 140 en escasos segundos. Nos salimos de la carretera y empezamos a gritar como si nos fuera la vida en ello, literalmente, ya que de nuestros gritos dependía que alguien en La Madriguera se diese cuenta de lo que estaba pasando y viniese a ayudar. Ello estaba dando golpes en el techo y Luke no paraba de ladrar. Se me ocurrió una idea: volcar la camioneta. No me apetecía mucho por varios motivos. El primero era que no quería cargarme la camioneta de mi amigo Bruce. Segundo, podíamos hacernos mucho daño. Tercero: nos dejaría vulnerables a Ello. Pero de todos modos fui directo hacia una roca para ponerme a dos ruedas y volcarla, pero justo cuando me decidí, Ello saltó al parabrisas y lo rompió, metiéndole a medias en la cabina con nosotros. De repente, se oyó y se notó un golpe muy fuerte. Saltaron los airbags y vimos como Ello iba perdiendo la bida. De algún modo, nos lo habíamos conseguido cargar sin romper la camioneta, bueno, en cierto modo... Salimos de la camioneta que estaba echando humo por el capó y vimos que Ello estaba aplastado entre el morro de la camioneta y un árbol. ¡Teníamos un espécimen de Ello! Eran feísimos... Lo pusimos junto al tentáculo en la camioneta y justo llegó Juan en una moto de gasolina. Al levantar la vista y ver el espécimen se quedó flipando. Volvió a por una batería a La Madriguera y la trajo a nuestra demanda, para cargar la camioneta e intentar reanimarla. Fue en vano. Estaba destrozada. La dejamos para volver en otro momento y atamos el espécimen de Ello a una cuerda y lo llevamos a rastras en la moto de Juan. Al llegar a La Madriguera, entramos rápidamente al salón de reuniones donde estaban todos explicándose que habían hecho en su turno de vigilancia. Mariel había registrado actividad en la ciudad cercana. Kevin había recolectado suministros de todo tipo de un hospital a 800 metros de aquí. Juan ya nos contó que no había pasado nada importante en su zona más que un conejo y dos cervatillos. Nosotros empezamos a explicarles lo de que el campo electromagnético te aceptaba si entrabas en contacto con uno de Ellos y que teníamos un espécimen completo y dentro de lo que cabe «intacto». Les contamos como lo conseguimos capturar y ellos se quedaron patidifusos. A partir de eso , creamos un plan que constaba de dos partes: El Análisis: Los demás supervivientes, Tomás y Juan se quedarían en el laboratorio de La Madriguera estudiando el espécimen. Mientras nosotros ejecutaríamos La Intrusión: Yo y Katie y Mariel, nos meteríamos dentro de Ello y atravesaríamos la barrera y entraríamos en la nave. Nos fuimos a dormir y a la mañana siguiente nos despertamos con miedo y ganas de enfrentarnos a Ellos. Asimismo comenzamos el plan. Nos dirigimos hacia la nave dispuestos a acabar con Ellos de una vez. Entre los tres llevamos el espécimen y, al ir a pie, tardamos poco más de dos horas y una vez allí repasamos el plan por vez última. Nos metimos dentro de Ello y fuimos corriendo contra el campo electromagnético. Un estallido y un destello marcaron que el acceso fue un éxito. Una vez dentro caminamos varios metros con Ello encima por si al separarnos nos pasaba algo. Llegamos a la puerta de la nave, una estructura descomunal, negra y prismática. Al parecer no había mucha actividad por la mañana. Entramos y vimos varios pasillos. Unos iban hacía arriba, otros zigzagueaban hacía los lados y otros simplemente eran callejones sin salida. Parecían conductos de ventilación que daban a la sala en la que estábamos. Nos fuimos para arriba y llegamos a una sala iluminadísima. No se veía nada. Solo pudimos ver una silueta con forma de Ello a lo lejos. Pego un chillido amenazante y se cerró la entrada. "Estamos jodidos"-dije.
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24 HORAS ANTES [Publicando 2a Edición]
Science FictionAño 2123. Martin Wallace se despierta. Al levantarse y cuando se le aclara la vista, todo esta destruído. No recuerda nada. No hay rastro de nadie. El mundo esta cubierto de devastación. Martin va teniendo flashbacks durante el relato sobre los días...