Había pasado una semana desde el rescate, Mark lo había llamado para decirle que ella estaba bien.
El quería verla pero sabía que no era tan fuerte como para mirarla a los ojos después de que ella lo sabe todo, tal vez ella estara molesta, tal vez no le importa o tal vez pueda perdonarlo.
—Tae, ¿qué pasa? —escucho la voz de su madre preguntándole mientras se sentaba a un lado de el.
—No es nada, lo de siempre...
—No me gusta verte así.
—¿Qué más me queda hacer? —pregunto el, pues había perdido las esperanzas de verla.
—No lo se, pero si quieres hablar con ella será mejor que tomes una decisión ahora, solo te haces daño.
¿Qué debería hacer?
Si le explicaba todo y le decía la verdad, ¿Mina lo podría comprender?
Mina:
Ya era tarde, pero me estaba acostumbrando a no dormir.
A veces pensaba en lo rápido que había sido todo, hace solo 3 meses mi vida era aburrida y no tenía amigos... Hasta que llegó alguien, llegó a la misma velocidad que se fue y aunque duela admitirlo, así fue.
Siempre pensé que no era posible que un chico como el se fijara en mi, fuí una tonta y el se aprovechó de eso.
Admito que aún lo extraño y soy tan frágil que a veces quiero llamarlo y a veces imagino que el llamara en cualquier momento pero el teléfono nunca suena.
La razón por la que aún tengo esperanza es porque Mark me ha dicho que fue quien los ayudó a encontrarme.
Tal vez el sintió aunque sea un poco de compasión por mi.
Seguía pensando en las probabilidades que había de que el hubiera llegado a enamorarse cuando Mark tocó mi puerta.
—¿Qué pasa? —pregunte al verlo parado en la puerta con su celular.
—Hay alguien que quiere hablar contigo.
Tomé el teléfono sin pensarlo y le hice una seña para que se fuera a lo que el hizo caso.
—Hola, ¿Con quien hablo?
—Mina... —reconocí esa voz al instante — oí que cambiaste tu número así que llamé a tu hermano—dijo y pude oir como reía tímidamente.
—Taeyong... —dije casi en susurro pues mi voz se rompió en el momento en el que oí la suya.
—Sé que estas molesta y no te culpo pero...realmente quiero hablar contigo... —el se oía arrepentido.
—¿Q-que? ¿Cuando?
—Te veo mañana en el parque que esta en frente de la escuela a medio día, si no quieres ir te entenderé pero aun así te esperaré...—dijo y colgó dejándome con tantas dudas.