—Se lo advierto, su hija está en peligro y si ella no se aleja tendré que hacerle daño también...
La llamada termino, alguien había llamado al señor Park para advertirle que no solo su hija si no toda su familia corría peligro pues Mina estaba relacionada con un criminal.
—Mina...
— ¿Papá? ¿Ocurre algo?
—Yo recibí una llamada, ¿sales con un criminal?
—No sé de qué hablas...— exclamo ella nerviosa.
—Está mal que me ocultes esto, solo piensa que no solo tu estas en peligro, piensa en la familia.
—Taeyong, esto es serio, alguien amenazo a mi padre y estoy segura que fue Hansol. —mientras Mina hablaba preocupada, Taeyong permanecía en silencio.
—Mina... escapemos.
— ¿Qué? De ninguna manera.
—Me amenazo a mí también, tenemos que desaparecer.
—No puedo dejar a mi familia, tu tampoco.
—Es la única manera de salvar sus vidas y las nuestras... Te prometo que todo estará bien.
—No lo hare...— dijo Mina —no escapare.
— ¿Recuerdas la vez que te pregunte si huirías conmigo? —ella asintió —Dijiste que sí.
—Lo sé, lo sé pero no puedo dejar todo como si nada.
—Mina, no tenemos mucho tiempo, piénsalo bien. — Taeyong estaba listo para irse pero Mina sostuvo fuertemente de su muñeca.
—Entonces haremos esto juntos. —Taeyong sonrió al escuchar aquello.
—Te prometo que todo estará bien.
Habían pasado solo dos días, Mina dejo una carta en su habitación así sería fácil leerla.
Ahora ambos se encontraban en una estrecha carretera que conducía hacia otra ciudad, una ciudad en la que Mina jamás había estado.
Taeyong se detuvo en una gasolinera a comprar combustible, la carretera y el lugar estaban completamente vacíos, solo había un pequeño local abandonado decorado con grafitis, este no tenía puerta y solo por curiosidad Mina entro a ver que había, tenía luz suficiente gracias a las ventanas que había.
—Justo a tiempo. —Escucho una voz detrás de ella —Mina, hace tiempo que no te veía.
—¿Hansol?
—Si, soy yo, ¿me extrañaste?
—¿Qué haces aquí?
—Lo mismo que él hace aquí. —dijo señalando a Taeyong.
—Taeyong, ¿Qué está pasando?
—Lo que debió pasar hace mucho tiempo. —respondió Hansol.
—Taeyong, ¿Qué está pasando? — volvió a preguntar ella pero Taeyong se mantuvo en silencio.
—Tu padre se ha creído el cuento de que si me depositaba dinero yo te dejaría en paz —continuo hablando Hansol —pero las cosas serán diferentes.
Taeyong saco de su chaqueta una pequeña pistola y la apunto en dirección a Mina, quien no podía creer lo que estaba pasando. El rostro de Taeyong parecía no tener emociones mientas su mirada se fijaba en el arma.
—Mina, lo siento.
—Por favor, no lo hagas. —insistía ella.
—El juego termino. —Taeyong apretó el gatillo y cerró sus ojos pues no quería ver lo que acaba de hacer.
Hansol tomo su teléfono e hizo una llamada.
—Misión cumplida, Taeil.
Una lagrima cayo de los ojos de Taeyong al abrirlos.
—Prometiste que si hacia esto no le harás daño a nuestras familias... —dijo Taeyong para después apuntar a su cabeza. — Me odio a mí mismo.
Tiró del gatillo así terminando con lo que el inicio.