Ann.
Sentía el colchón de mi cama undirse por la parte baja de mis pies. Mi cuerpo se movía al igual que el colchón, el cual chirriaba a causa del peso que éste estaba sufriendo. Intentaba ignorar el malestar, ya que, en un principio pensaba que estaba teniendo un sueño erótico a pesar de los movimientos y chirridos de mi cama. Opción descartada. Abrí lentamente los ojos, entrecerrandolos a causa de la luz de la lámpara de techo la cual daba directamente en mi retina y me era imposible poder enfocar nada. Giré mi cabeza en dirección a mis pies, y pude observar a Sam saltar en él extremo de mi cama. Sus pelos despeinados volaban sobre su cabeza cada vez que cogía fuerza y saltaba por los aires. Su cara y movimientos eran realmente chistosos pero me sentía demasiado cansada para carcajearme de ella.
-¿Quieres parar ya? -dije molesta entre medias de un susurro, intentando cubrir toda mi cara con la manta, rezando en que Sam parara de hacer acrobacias en mi cama y dejarme tranquila.
Sentí un gran peso en mi espalda, solté un gemido al sentir las costillas de Sam clavandose en mi espalda.
-Vamos despierta -colocó sus dos piernas a los lados de mis costados y empezo a darme pequeñas palmas en los omóplatos.
-Cinco minutos más. -dije intentando ponerme cómoda e intentar zafarme de ella, ya que sentía su cuerpo esquelético sobre mi cuerpo mientras se movía intentando desvelarme, dándome pequeños zarandeos en la espalda.
Al cabo de unos segundos, bajó de encima de mi, dejándome totalmente libre y poder descansar de nuevo, ya que no me sentía nada descansada y me encontraba realmente inestable para ir a la fiesta, ni a ninguna otra cosa que se celebrara fuera de mi cama.
Solté un grito ahogado al sentir líquido congelado recorrer mi pelo hasta mi cara, congelando cada una de mis facciones. Me levanté rápidamente de la cama, mientras dejaba que todo el agua cayera de lleno en el suelo, congelandome todo el cuerpo. Mi boca estaba abierta y mi expresión era confusa y molesta, sentía como pequeñas gotas de agua recorrían cada parte de mi cuerpo, mientras sacudia mis extremidades viendo como chorros de agua saliendo de mi cuerpo dejando encharcado el suelo. Alcé la mirada hacia Sam y observé que en su mano izquierda, contenía una botella de agua la cual ahora se encontraba vacia. Tenía una sonrisa pícara en su rostro mientras intentaba contener las ganas de reirse. Me estaba calando así que me quite la camiseta y pantalones quedándome en ropa interior, tirandola a un lado del suelo. Quería parecer realmente molesta, así que ignore cualquier comentario de Sam y me dirigí hacia el armario, cogiendo la ropa que tenía preparada para esta noche.
-Que no me entere yo que ese culo pasa hambre.
-Vete a la mierda.
La ironía y optimismo de Sam me ponía de los nervios, tenía que contener las ganas de reirme ante sus comentarios, me era muy dificil estar más de diez minutos enfadada con ella, pero quería aparentar que realmente me habia molestado.
Después de coger toda la ropa, me encerre en el pequeño baño, ignorando las disculpas de Sam, la cual gritaba a través de la puerta disculpandose de una forma chistosa mientras disimulabla de una forma lamentable su irritante risa. Después de desnudarme, encendí la ducha esperando a que el agua caliente empezase a emerger.
Sentía el agua caliente recorrer todo mi cuerpo mientras una oleada de calor y vapor encubria toda la estancia.
-Ann, tenemos que hablar.
Solté un grito de sorpresa al oir la voz de Sam dentro del baño, mientras cerraba la puerta tras de si.
-Sam, por si no lo has visto, estoy intentando ducharme.