Nude » h.s [Traducida al Español]

xii

❝Quédate. Te necesito más de lo que piensas.❞

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La suave melodía del piano hacía eco en la gran casa mientras el joven niño de quince años presionaba las teclas con sus largos dedos, lenta y delicadamente. Su cabeza se movía de adelante hacia atrás mientras tocaba, haciendo que sus rulos marrón chocolate cayeran sobre su frente, sus ojos estaban entrecerrados disfrutando la música y sus rosados labios estaban ligeramente separados. Él estaba tan perdido en su mundo que no notó cuando ya no estaba solo en la habitación hasta que el sonido de unas manos aplaudiendo llegó a sus oídos. Inmediatamente sus ojos verdes se abrieron completamente y su cabeza giró hacia donde provenía el sonido.

"Tengo que decir que estoy impresionada Harry." La joven chica –por un año- dijo, dándole una cálida sonrisa. La expresión sorprendida de Harry cambió completamente y en su lugar apareció una gran sonrisa mientras asentía levemente con su cabeza.

"Deja de hacer eso, Nina." Le dijo, dejando caer sus manos en su regazo. Los ojos marrones de Nina brillaron con diversión, a ella siempre le había gustado atraparlo con la guardia baja. Harry prefería estar solo cuando tocaba el piano, pero él era tan bueno que ella no podía simplemente ignorar las asombrosas melodías. Ella se acercó hacia él.

"Perdón, pero no puedo." Dijo en broma y sacó la lengua hacia él. Harry suspiró y observó nuevamente al piano, su expresión volviéndose seria nuevamente y Nina frunció el ceño. A ella no le gustaba verlo triste.

"¿Qué está mal Harry?" Preguntó preocupada, quitando su largo y marrón cabello de su cara. Harry se encogió de hombros.

"¿Piensas que es lo suficientemente bueno?" Preguntó y ella sabía que se estaba refiriendo a la música que estaba tocando previamente.

"¡Claro que lo es! Cualquier cosa que toques en este piano es bueno Harry, es pura magia." Le dijo, sentándose a su lado y tomando su mano en la suya. Harry la observó y sonrió, dejando ver sus lindos hoyuelos.

"Si tu lo dices."

"Lo es." Insistió, haciendo que soltara una risita por su actitud. Ella realmente sabía cómo hacer que todo su día brillase, ella era la única persona que podía hacer eso.

"Eres la mejor." Le dijo rodeándola con sus brazos, envolviéndola en su cálido abrazo y ella cerró sus ojos.

"Te amo, Harry." Murmuró.

"Yo a ti, Nina." Dijo de vuelta y ella dejó escapar un tembloroso suspiro.

"Pase lo que pase prométeme que no me dejarás." Nina le dijo, alejándose de él para mirarlo a los ojos. Harry sabía exactamente a qué se refería y eso hacía que su corazón se rompiese un poco.

"Nunca te dejaré. Siempre te protegeré, Nina."

Harry saltó de su cama respirando pesadamente mientras las palabras que había escuchado en su sueño se repetían en su cabeza, una y otra vez. Él se lo había prometido. Su dulce Nina no merecía lo que le había sucedido, la manera en la que la trataron y la usaron, pero no era solo su culpa. No, era la también la de él y por eso no podría dejar de odiarse asimismo. Ella era joven, inocente y solitaria y él era un rebelde, jodido joven a quien no le importó lo debido como para darse cuenta de que ella estaba cayendo lentamente y tomando el camino equivocado... un camino que él también tomó, pero él sobrevivió.

Él masajeó sus sienes, dejando salir un leve gruñido cuando sintió que su cabeza iba a explotar. Él sabía que había bebido demasiado, pero esa era la única cosa que lo hacía olvidar y hacer que el dolor que sentía se hiciera más soportable. Este era su castigo por no protegerla como dijo que lo haría. Aunque su castigo no era suficiente, también tenía que hacerlos pagar. Esa era la razón por la cual el todavía estaba vivo, para encontrarlos y matarlos, sólo así podía morir en paz. Sólo cuando se asegurara de que obtuviesen lo que se merecían.