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Ten cuidado de quien confías, el diablo fue una vez un ángel.

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[PUNTO DE VISTA de Angel]

Podía sentir a la ansiedad formándose dentro de mí por cada segundo que pasaba y él no me daba una respuesta. Parecía hundido en sus pensamientos mientras sus ojos verdes me miraban intensamente, estudiándome. Podía decir que estaba confundido en cuanto a que decidir y no podía culparlo. Hacer lo que le estaba pidiendo que le hiciera a Alexander no era fácil, en realidad, era realmente peligroso. Nadie nunca se atrevió a robarle lo que era de él y aquellos que lo intentaban, están ahora muertos. Alexander no era alguien que perdonara fácilmente. Si Harry realmente decidía ayudarme a escapar, el podría estar poniendo su vida en peligro pero algo dentro de mi me dijo que a él no le importaba eso o que no estaba asustado de Alexander. Recuerdo la forma en la que actuó a su alrededor.

"¿Entonces?" Le insté a hablar, mirándome la mano, que estaba extendida hacia la de él. Entrecerró sus ojos incrédulos hacia mí y luego observó mi mano antes de devolverme la mirada.

"Tenemos un trato, Señorita Starr." Dijo con su profunda voz y tomó mi mano, sacudiéndola suavemente y confirmando nuestro trato. Sonreí a medias y dejé a mi brazo caer a mi lado, esperando a que dijera algo.

"Mañana te estaré esperando en mi estudio, pero desde que no sabes dónde está enviaré a Agnes para que te traiga. Hasta entonces, quiero que estés en tu habitación y no deambulando alrededor de esta casa." Dijo severamente y asentí con mi cabeza, no objetando ni diciendo nada más. Estaba feliz porque había acordado con lo que había dicho y no quería hacer nada que pudiera cambiar su parecer y mis planes.

"¿Puedo irme ahora?" Le pregunté.

"Si, puede irse, Señorita Starr." Dijo e hizo un gesto señalando a la puerta detrás de mí mientras se sentaba nuevamente en su silla de cuero, mirando hacia abajo a algunos papeles. Me mantuve callada y salí de su oficina, cerrando la puerta detrás de mí cuidadosamente y descansé mi espalda sobre esta, dejando salir un suspiro de alivio. Me froté la sien con mi mano e intenté relajarme. Todavía no podía creer como me las había arreglado para sobrevivir a esto. Estaba sorprendida conmigo misma. Nunca me hubiera atrevido a hablarle a Alexander de esa manera, pero con Harry, lo hice.

Una pequeña sonrisa apareció en mi cara mientras me daba cuenta que en cuatro meses de ahora en más sería libre de nuevo... no Alexander, no Casa de Muñecas y no Harry. Me alejé de la puerta y caminé hacia el comedor donde Agnes estaba limpiando la suciedad con un plumero.

"Hola de vuelta, Agnes." Dije alegre, haciendo que volteara su cabeza hacia mi dirección. Ella me sonrió y luego entrecerró sus ojos.

"¿Por qué tan feliz de la nada?" Preguntó, aproximándose hacia mí con una mirada curiosa en su cara.

"Digamos que tengo mis razones."

"Entonces, ¿supongo que tu reunión con el Sr. Styles fue bien?" Preguntó nuevamente y se sentó en el sofá, dándole palmaditas a un lugar cerca de ella para que vaya y me sentara.

"Si, de hecho lo hizo." Dije, tomando asiento. Ella asintió con la cabeza, pero su expresión facial estaba escéptica y disconforme. No podía entender porque se estaba comportando de esa manera nuevamente. ¿Cuál era su problema?

"Dime." Le dije más demandante y ella me miró con sus ojos marrones, sacudiendo su cabeza.

"No es nada." Respondió, fingiendo una sonrisa.

Nude » h.s [Traducida al Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora