Mucho gusto

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La chica estiró su mano para estrecharla con la de Leo, a lo que por supuesto Leo respondió el saludo.

-Yo soy la gerente de tu agencia aqui en Roma, nos han contado maravillas sobre tu trabajo, tengo entendido que llevas mucho tiempo en la industria del turismo- dijo Maddie mientras seguía sacudiendo ansiosamente la mano de Leo, parecía escena de caricatura.
Leo con una mirada simpatica y un poco extrañado por aquel saludo respondió.

-Si... llevo en este empleo 5 años, me encanta viajar y conocer esas culturas que tanto he estudiado- Maddie lo miraba con unos ojos muy abiertos cada que Leo hablaba.

-El jefe dijo que eras alto pero núnca mencionó cuanto- dijo Maddie casi como si no hubiese escuhado las palabras que el otro había pronunciado.

Leo levantó una ceja, pensaba en lo extraña, entuciasta y vigorosa que era aquella chica, incluso soltaba un aire de ternura a su alrededor.

-Sigueme, te daré un pequeño tour para que te comiences a familiarizar- dijo Maddie mientras se movia, esta chica se movía mucho al hablar, como si actuase cada palabra que salía de su boca; Leo sonrió y tomó su maleta pero antes de que pudiera levantarla Maddie lo detuvo y dijo.
  
-No te preocupes yo la llevo.

Leo quiso responder y advertir que la maleta era pesada pero antes de poder abrir la boca Maddie levantó la maleta como si se tratara de una bolsa vacía -Bueno vámonos- dijo Maddie antes de tomar rumbo camino a su destino dando pequeños saltos en sus pasos.

Leo la miró como se alejaba con pasos brincados como si fuese una niña, salió caminando a paso velóz para alcanzarla mientras pensaba en esa extraña chica, vestía con una blusa holgada que le cubría las manos, un pantalón de mezclilla azul pegado y tenis blancos, su cabello blanco y alborotado, de una piel morena y sonrisa burlona.

Mientras tanto en París.

-Jefe, ¿Le importaría atender la mesa 8?, estoy algo atareada- decía la empleada mientras iba corriendo de un lugar para otro.

-Claro, sabes que sólo debes decirmelo- dijo Des dejando de lado unos papeles que ojeaba.

Se acercó a la mesa donde se encontraba una chica de baja estatura, cabello blanco recojido, ojos de una tonalidad rosa con un toque de negro.

-Hola, bienvenida, ¿Deseas ordenar?.

La chica bajo el menú y con una voz angelical le respondió.

-Claro, quisiera pedir un espresso y mmm... no lo se, ¿Qué me recomendarías?, ah ya se, traeme lo que tu consideres de mi agrado-, dijo la chica con una sonrisa y Des encantado por su ternura sonrió y dijo.

-Claro, creo que ya se que te agradará-.

Después de un rato, Des regresó con la orden de la chica, el espresso y un postre -Aqui tienes tu espresso y una "Charlota de fresas y crema Bavaroise a la vainilla", espero que te guste.

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