Psicópata

reto(2) y transformación.

Me bajo del auto y camino hacia la casa.

- ¡Cualquier cosa gritas! - dijeron al unísono, solo levante la mano en forma de que esta bien.

Entro con cuidado a la casa, que parece que va a caerse en cualquier momento.

Observo todo con detenimiento.
Muebles tapados con una manta blanca.
Lámparas antiguas, piso sucio.
Muy espacioso, es realmente grande.

- iré a conocer el lugar - camino más adentro y me encuentro con escaleras rústicas, hay dos entradas. Me voy a la izquierda, entro a lo que  parece ser una cocina, una isla, lavavajillas, cocina de gas, cajones, lo normal que hay en una cocina solo que vacío y grande.

Salgo de ahí y me voy a la derecha, hay pinturas de hombres, espejos, observo una pintura muy curiosa de un hombre, siento que me observa, frunzo el ceño y me voy a ver al espejo, intento verme por la luz reflejada de la luna que pasa una ventana, no veo mi reflejo, me acerco para ver mejor y ahí estoy, normal, veo que me cambian los ojos, todo negro y el centro azul, veo que sonríe sádica y desaparece.
Me aparto del espejo rápido y camino hacia atrás, me tropiezo y caigo de trasero.

- ¡Auch! - me levanto sobando mi trasero, ignoro lo que acaba de pasar, solo es mi imaginación.

Salgo y voy hacia las escaleras, subo ágil.

- Soy toda una profesional - digo con la frente en alto.
Camino en un pasillo vacío, solo se escucha el eco de mis zapatillas.

Camino despacio por el largo pasillo, se escucha una risa al fondo, en el último cuarto.

- ¿Hola? - camino más rápido, la risa suena mas fuerte.
Corro y entro al cuarto, hay una señora en una esquina, agachada en modo fetal.

Abro grande mis ojos y doy un paso hacia atrás.

- Ya me viste en tu sueño - hablo con la voz grave.

- No debiste venir - comenzó a reírse y levanto su rostro deformado y sus dientes podridos.

Salgo de ahí y corro por el pasillo, cada paso que doy se hace mas largo.
Me meto en un cuarto y cierro la puerta con llave, me recuesto en la pared y suspiro.

- Ayuda - se escucha una voz desgarradora.

- Ayuda - la voz desgarradora se hace un poco mas clara, parece ser una niña, se escucha llorar en el pasillo.

- ¡Mami! - grita llorando.
Abro la puerta y salgo con cuidado y ahí se encuentra con su vestido sucio y llorando en el piso.

- Niña - me acerco y la abrazo para consolarla.

- ¿Haz visto a mi mami? - hablo con su voz dulce y limpiándose las lágrimas.

- No, salgamos de aquí - la niña asiente y se levanta, alza su rostro y me sonríe. Agarro su manita y camino viendo todo con cuidado, siento cómo su mano se hace mas grande y rasposa, escucho jadeos provenientes de ella. Vuelve a ver hacia atrás y veo a un monstruo: ojos salidos, piel gris y rasposa, sin ningún vello, todo su cuerpo deformado.

- ¿Haz visto a mi mami? - su voz es fuerte y grave, su mano apreta fuertemente la mía.
Golpeo su rostro con mi pie y hace que me suelte y caiga.
Corro, vuelvo a ver hacia atrás pero ya no está.

- Scarlett - escucho un susurro en la planta baja. - Scarlett - camino hacia la planta baja con cuidado.
- Scarlett - busco de donde proviene esa voz y parece salir del espejo. - Scarlett - veo como se dibuja una mano en ella.
- Acércate - susurra.
Me acerco con cuidado, veo la mano y siento un cosquilleo en la mía, como si quisiera que la pusiera ahí. Sin pensarlo coloco lentamente mi mano a esa.

Mis uñas empiezan a crecer y se hacen como filo, mi piel se pone más blanca, veo como mi color va cambiando poco a poco hacia arriba, siento como mis ojos arden y luego nada, todo mi cuerpo da un cosquilleo como éxtasis, siento caliente mi pecho y me cuesta respirar, como una presión.
Cierro mis ojos y los abro, veo en el espejo mi reflejo.

- ¿Soy yo? - susurro con la respiración acelerada, mi reflejo sonríe, rompo el espejo con mi puño haciéndolo trisas y la pared queda rota.

Intento tranquilizarme pero las voces no me dejan, agarro mi cabeza e intento dejar de escucharlas pero nada.

- Vamos Scarlett - digo para mi.
Mi pulso empieza a descender, siento como todo mi cuerpo se tranquiliza, veo mis manos y ya están normales, veo mi reflejo en el móvil y ya estoy bien.

Escucho susurros de los pedazos de espejo en el piso.

- ¡Déjenme en paz! - grite y me talle los oídos.
Los susurros cada vez eran más fuertes.

- ¡Cállense! - cerré mis ojos fuertemente y salí de la casa.

Las chica me vieron y salieron del auto.

- ¿Que pasa? te escuchamos gritar - dijeron asustadas.

- Nada, vámonos - me monte en el carro y no hablé mas en todo el camino.

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Omaigod.
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