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— ¿Has visto a MinHo?

No hay hola, un movimiento de cabeza o unas cejas alzadas, solo una pregunta que no sabe porqué no le extraña ni le hace sentirse dolido porque es algo así como la vez cien que la escucha desde que conoce a TaeMin. KiBum apunta hacia su dirección y luego hacia la derecha y suspira. Ese día había amanecido algo depresivo y por eso había ido al estudio a encerrarse y a estar solo; excepto que no lo logró porque cuando llegó ya estaba MinHo con SuWan y ahora se les unía TaeMin que había aparecido algo así como una hora después.

El castaño asiente cuando escucha sus indicaciones y hace el amago de ir, viéndose interrumpido cuando oye la voz de KiBum, hablándole. Parecía cansada y rasposa. También tenía cara de no haber dormido bien hace días.

— ¿Te gusta mucho MinHo?

TaeMin se queda con los labios entreabiertos, mirándole en un absoluto shock, mientras KiBum pasaba la mano por la pared en donde JinKi solía escribir y dejar palabras que nadie sabía lo que significaban. Y pasa casi un minuto en el que el menor no responde y en el que él se permite chasquear la lengua y suspirar. No era como si lo hubiera dudado.

— Lo sabía —proclama, sin mirarle, aún concentrado en la separación que se formaba entre los ladrillos, pasando los dedos justo ahí—. Se nota.

— No me gustan los hombres —intenta defenderse, titubeando de manera inevitable, mientras ingresaba un poco a la sala y le miraba con los ojos más abiertos de lo normal y sus mejillas algo rojas—. Hyung, no soy gay.

— No te he preguntado si te gustan los hombres —susurra, mirándole al fin—. Solo te pregunté si te gusta MinHo.

— Hyung...

— ¿No te gusta?

Y otra vez ese silencio.

Otra vez ese silencio que TaeMin no sabe porqué no es capaz de interrumpir porque pareciera que su garganta se cierra y su lengua se seca, impidiéndole hablar. Sin embargo, KiBum no le juzga y no le dice nada. No le dice que se detenga en medio del pasillo ni que no siga avanzando porque MinHo más que estar grabado su tan ansiada primera película con la que siempre molestaba y terminaba por marear a todos, estaba haciendo algo más.

Cuando TaeMin avanza por el final del pasillo, avanzando con esa botella de jugo que había pasado a comprar y saltando sobre esos escombros que nunca había entendido porqué seguían ahí, dejando esa construcción a medias, se detiene de golpe cuando ve en la habitación siguiente entre medio de unas cortinas traslucidas a las dos personas tan ansiadas que estaba buscando. Una más ansiada que la otra.

TaeMin no habla cuando entra a la sala en la que estaban ellos y no hace un ruido que les pudiese interrumpir, sino que solo se queda de pie, mirando ahí, cerca de tres metros de distancia, viendo como MinHo no estaba grabando ni filmando su tan ansiada película, sino más bien, estaba besando a SuWan. Y lo peor de todo es que no sabe si le duele más de que no sea un beso como los que se dieron aquel día en la fiesta en donde la cerveza había sido bebida en cantidades exageradas, sino que sea un beso como los que a él le causaban ternura y le daba vergüenza admitir que le gustaban porque se vería demasiado cursi.

A TaeMin no sabe si le duele más el ver que MinHo acaricia el rostro de SuWan mientras le besa, tratándola con un cuidado que no tenía con él o si le duele más no ser ella.

No sabe, no sabe.

TaeMin no sabe y sinceramente, no sabe si quiere saber más.

Tell Me What To DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora