ix

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Las cosas entre TaeMin y MinHo no mejoraron en los días siguientes. La amistad entre ambos no fue la misma al otro día ni tampoco las palabras que cruzaron fueron las usuales porque no cruzaban palabras.

MinHo no le quería hablar a TaeMin y TaeMin no le hablaba porque MinHo no le quería hablar. Era simple, terco e infantil.

MinHo quería que TaeMin le pidiera perdón, TaeMin no le quería pedir perdón porque por mucho que supiera que estaba mal lo que había hecho, el tener que aguantar a SuWan de manera mucho más pegote durante estos últimos días sobre MinHo, había quitado todas los sentimientos de culpa y simplemente, las ganas de pedir perdón.

No se merecía el perdón de MinHo. Ni siquiera se merecía a MinHo. Esa era la verdad. El merecía algo mejor, algo que no fuera MinHo, pero que fuera MinHo a la vez porque eso era lo que quería.

Quería a su amigo. Quería al alto, quería al chico con ilusiones demasiadas altas y expectativas de querer ser el mejor director de cine que pudiera existir. Lo quería a él. Sentía que lo necesitaba.

Necesitar.

Mierda, esa era una palabra fuerte.

Sabía que lo era.

— ¿Estás segura de que te quieres bajar acá?

TaeMin rueda los ojos cuando escucha la voz de MinHo en el asiento delantero, sintiendo una risita a su lado y una mirada de reproche de parte de KiBum que estaba sentado entre él y JongHyun. Habían decidido salir a dar una vuelta porque todos estaban aburridos y le habían obligado a él a acompañarles. MinHo no estuvo tan de acuerdo ni tan en desacuerdo, así solo soltó un bufido y avanzó antes que ellos, decidiendo por si solo que sería el encargado de manejar.

Nadie rechistó. Nadie le dijo algo.

Nadie se quejó porque SuWan usó el puesto que usaría JinKi porque JinKi no quería más peleas y solo se quedó en la sala, diciendo que había encontrado palabras nuevas que quería aprender; excepto que cuando la chica baja del auto, JongHyun no tiene pelos en la lengua y TaeMin agradece que su amigo sea así. Agradece que no sea el único que piense en el otro de vez en cuando, cuando él en verdad, solo pensaba en sí mismo y en que no quería estar con esa zorra encerrado en el mismo lugar.

— ¿Hiciste que JinKi se quedara, solo para venir a dejar a tu noviecita cinco cuadras más lejos de donde estábamos? ¿No podía caminar?

— No.

— Hijo de puta.

— Camina tú entonces si tanto te molesta y voy a buscar a JinKi.

— Eso haré. KiBum bájate.

El aludido le mira con las cejas elevadas, extrañado de escuchar eso y asintiendo porque no tiene otra opción cuando el auto que justamente era de ellos, se detiene a un costado de la calle, esperando que se bajaran.

Porque si MinHo andaba de mal humor y JongHyun también, era mejor no quedarse en un lugar en el que estuvieran ambos. KiBum toma la mano de TaeMin, jalándolo para que siguiera sus pasos, cuando el tosco 'no' de MinHo impide lo que pretendía hacer. El menor de los cuatro le mira por el espejo retrovisor y el alto le devuelve la mirada, observándolo tan o más enojado como se esperaba.

— Tú vas a conversar conmigo —le advierte—. No te bajas.

— No tengo nada que conversar contigo.

— Bájate, KiBum.

El rubio se queda con un pie fuera del auto y uno adentro. Mira a TaeMin con su labio inferior atrapado entre sus dientes y suelta un suspiro, asumiendo por primera vez que MinHo tenía un poco de razón. Al fin, podía suponer.

Tell Me What To DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora