La oficina que el Dr Flucious compartía con Ernst era pequeña para dos personas. Había un pequeño escritorio de madera con dos sillas giratorias de cuero negro. Una de las paredes era usada como pizarra. Tenía muchas notas pegadas y hasta habían dibujos hechos en la pared. Claro que yo no entendía nada de lo que significaba todo eso porque usaban palabras médicas y tenían dibujos de máquinas y partes del cuerpo. Esa pared era la única parte desordenada en la oficina. No habían papeles en el escritorio, la basura estaba dentro de un pequeño tacho de metal al lado de la puerta y las repisas tenían libros agrupados por temas y ordenados por tamaño.
Luego de que Gron comenzara a convulsionar, Ernst me dió la llave de su oficina y me dijo que me quedase ahí a esperar. Al principio no quise porque quería ayudarlo pero al ver que Gron no dejaba de moverse y botar sangre por la boca y Ernst no le ayudaba por estar peleando conmigo, me fui. Al salir me asusté porque el pasillo estaba muy oscuro y yo no tenía con que iluminarme porque había olvidado mi linterna adentro. Corrí lo más rápido que pude a la oficina y abrí el cerrojo de la puerta con dificultad porque las manos me temblaban. Cuando logré entrar, cerré la puerta fuertemente y me tiré en una de las sillas, aun con el corazón latiendo rápidamente. La carta en serio me había traumado. Ya no podía estar tranquila.
Aunque estaba muy preocupada por Gron, en ese momento me puse a pensar en muchas cosas. ¿Quién me habrá amenazado? ¿Qué quiere de mí? ¿A quiénes a secuestrado? Pensé en mi mamá y Olenka. ¿Les habrá pasado algo? ¿Las habrán secuestrado? Nunca me lo perdonaría si les pasase algo por mi culpa. De pronto, la manija se movió lentamente. Me había olvidado de cerrar con seguro. Sentí como mi corazón se aceleraba. Han venido por mí. El alivio recorrió mi cuerpo cuando vi a la figura escuálida de Ernst. Se podía ver sudor en su frente y sus pelos alborotados. Debió haber sido difícil tratar a Gron porque Ernst volvió luego de casi dos horas. Me miró tratando de hablar pero no encontrando las palabras correctas. Yo no me atrevía a preguntar.
-Está estable -dijo finalmente con un tono aliviado. Me acordé de cuando desperté luego de la prueba física y la enfermera me dijo exactamente lo mismo.
-¿Se pondrá bien? -mis palabras salieron sin darme cuenta. Todos mis pensamientos habían desaparecido. Ahora sólo pensaba en Gron.
-Si, ni te preocupes. Al parecer la radiación no le cayó tan bien pero esta tranquilo -dijo muy a la ligera- De hecho... -hubo una pausa- ya despertó.
Corrí hacia la puerta de la oficina hasta que Ernst me miró con una mirada de "ya cálmate" y me detuve, avergonzada. Caminé junto a él hasta llegar a la sala de regeneración. Ahí estaba, sentado en el borde de la cama mirando hacía la puerta. Al verme los ojos se le iluminaron y sonrió. Corrí atreves la habitación hasta llegar a la camilla y lo abracé como si jamás lo volviese a hacer. Escuché que él dio un pequeño gritito de dolor así que lo solté rapidamente. Me miró como diciendo "no pasa nada" y me abrazó.
-Ya, ya es mejor que lo dejes debe descansar –dijo Ernst mientras ayudaba a Gron a pararse de la CRIP y caminar hacia una camilla que estaba al fondo de la habitación.
-Pero me siento bien -protestó Gron, Ernst lo miró desafiante y él se calló. Se echó en la cama mirando al techo. Luego de un momento cerró los ojos y se durmió. Aunque Gron no roncaba yo sabía que estaba dormido porque su respiración era calmada y no se movía mucho. Lo miré con ternura, se veía como un niñito indefenso.
Ernst y yo nos sentamos un poco lejos de Gron en unas sillas de plástico que habían en la sala. Estuvimos en silencio mirándolo unos minutos hasta que Ernst habló.
-Oye te he visto un poco nerviosa. Supongo que es por Gron pero creo hay algo más -dijo lentamente como no sabiendo si decir o no lo que estaba diciendo.
Lo miré con dolor. Se había dado cuenta. Le debía contar porque estaba así. En realidad desde que recibí la carta le he querido contar a alguien para que me ayude pero no tenía a quién. Además Ernst parece una buena persona. No perdía nada con contarle.
-De hecho si hay algo más -dije en voz baja, saqué la carta del bolsillo interior de mi casaca y se la entregué. Él me miró confundido y agarró el sobre como si fuera una cosa muy frágil. Asentí con la cabeza y abrió el sobre. Se quedó un minuto o dos mirando la carta inexpresivo. Luego me la entregó y salió corriendo de la sala. No entendía nada. ¿Qué está pasando?
Un minuto más tarde regresó con una carta en la mano. Se acercó a mí y se sentó en su silla. Tenía una expresión fantasmal. Me quitó mi carta delicadamente y la cogió con su mano derecha mientras cogía su carta con la mano izquierda. Extendió los brazos para que yo pudiera ver ambos sobres. La misma caligrafía, la misma tinta y el mismo sentimiento perturbador. Lo único diferente era que la carta que trajo Ernst decía: Para Ilio.
Ambos estabamos en shock. Temblandole la mano, Ernst abrió la carta para el Dr Flucious y tenía el mismo mensaje que la mía. Sin duda las dos cartas habían sido enviadas por la misma persona.
-Lamento decirte que no se quién te amenazó -su voz era tranquila para lo nervioso que se le veía- ya he examinado esta carta y no hay rastros de huellas digitales ni nada que nos pueda dar una pista. Aun así me gustaría examinar la tuya, a lo mejor...
-¿Por qué a mi? -dije inexpresiva, al oírme Ernst paró de hablar- Entiendo que alguien quiera secuestrar a un muy inteligente científico pero porque me quiere a mí. Solo soy una chica de diecisiete años.
-¿Estás segura que no eres especial? ¿O tal vez ocultas algo? ¿Un secreto?
-No. Soy normal, mi familia es normal y no somos la clase de personas que ocultan secretos -traté de decirlo lo más segura posible pero ni si quiera yo sabía si eso era verdad. Se me vino a la mente mi mamá, Olenka, mi hogar, mis amigos, mi papá- A lo mejor tiene que ver con mi papá.
-¿Tu papá? -dijo como si yo hubiese dicho algo sin sentido, realmente ni si quiera tenía sentido para mí pero no se me ocurría nada más.
-No sé, es solo una idea. Realmente yo era pequeña cuando murió y nunca me enteré de la verdadera causa de su muerte. Mi mamá nunca quiere hablar del tema y por eso ya no le pregunto.
-Pero ¿Que tienen en común un científico odiado por el gobierno y la hija de un comandante muerto?
-No sé. Pero debes ayudarme a averiguarlo -estaba desesperada- debe haber algo que podamos hacer. No pienso quedarme a esperar a que me secuestren igual que al Dr Flucious -Ernst se quedo mirandome.
-Por que no vas a tu casa y hablas con tu madre. Estoy seguro que si le explicas que...
-No -dije fuerte, él se sorprendió- No quiero hablar con ella y no creo que ella quiera hablar conmigo. Tengo que buscar información en otro lado.
Ya se me había ocurrido algo. Me paré de mi silla rapidamente y caminé hacia la puerta sin mirar a Ernst. No podía esperar. Quería respuestas y las quería ahora. Aunque nadie me ayudase iba a ir.
-¿Y a donde piensas ir? -dijo algo nervioso como con miedo a que yo le hiciese algo.
Apenas escuché sus palabras porque yo ya me había ido.
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Hola espero que les haya gustado el capitulo. ¿A donde creen que irá Arissa? ¿Que pasará?
No se olviden de dar clic en la estrellita, los votos son importantes :) Recomienden la novela.
Espero que hayan pasado un lindo año nuevo y que les vaya demasiado bien en el 2014.
Gracias por leer :D
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Nuvolio
Teen FictionRealmente soy muy mala haciendo resumenes asi que lean de frente :D Me esforce mucho y espero que les guste. Si tienen alguna sugerencia, comentario o lo que sea diganme. Accion y romance la combinacion perfecta. Espero que les guste. Si les gusta...