I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)

26. Desfile

CAPÍTULO 26: DESFILE

POV PEETA

Estaba nervioso. Demasiado nervioso. Habían pasado veinte minutos desde que salimos de esa sala y estábamos esperando a Katniss y Cinna aparecer. Portia, quien se sentó a mi lado, no dejó de mirarme, creo que también la puse nerviosa a ella. Mis pies no dejaron de moverse en el piso y me entretenía con mis manos. Estaba preocupado por lo que pensaban hacernos. Era difícil creer en las palabras de mi estilista. ¿Fuego sintético? ¿Qué era eso? ¿Cómo que no haría daño? El fuego destruía y quemaba todo a su paso cuando se propagaba. Mi padre me dijo que cuando era pequeño, y aún vivían sus padres, por una imprudencia casi provocan un incendio que destruye parte de la casa, pero que sin embargo no pasó a mayores, solo algunas pérdidas materiales en la cocina. Siempre nos enseñó que fuéramos cuidadosos cuando estuviéramos horneando y cocinando en los hornos, incluso cuando usábamos velas cuando se cortaba la energía por algún desperfecto. No confiaba en lo que nuestros estilistas planearon, esperaba que con Katniss hicieran una excepción al menos, o yo me encargaría de liberarnos del fuego de alguna manera, aunque primero lo haría con ella.

-Peeta, deberías tranquilizarte. Todo estará bien. –Me dijo ella. La miré unos segundos, intentando tranquilizarme, pero era difícil sin Katniss a mi lado. Además, lo irónico era que lo dijera la persona que planeaba quemarnos vivos por jugar con un supuesto "fuego sintético". No respondí. Por primera vez, no supe si decirle "gracias". No, por ahora, no.

-¡Peeta! –Miré en dirección a la voz, su voz. Mi Katniss me llamó, tenía un mono ajustado color carbón idéntico al mío. Cubría su cuello, sus brazos y piernas; colgada en su espalda tenía una capa como la mía con franjas naranjas, amarillas y rojas. Por último unas botas negras con cordones blancos muy femeninas y elegantes hasta las rodillas. Hasta ahí nuestro atuendo era parecido, pero a diferencia de mí, Cinna le colocó un tocado en la cabeza que hacia juego con la capa. Pero había algo distinto en su cabello trenzado, aún no distinguía que cosa era, a tanta distancia. Me levanté y corrí hasta alcanzarla. Me rodeó con sus brazos la espalda y yo la abracé.

-Hola, amor. –Susurré en su oído. Un rojo fuego captó me atención. Miré su cabello.

Fue ahí cuando me di cuenta que habían teñido su cabello, completamente, pero le hicieron algunos reflejos rojizos en toda su cabellera. La aparté levemente de mi cuerpo y la observe con, coloqué mis manos sobre sus hombros y ella mantuvo las suyas en mi cintura. La observe atentamente. Apenas llevaba maquillaje, si no fuera por el cabello casi parecería ella misma. Aun así, su cabello luce bien con esos reflejos. Katniss me miró con nerviosismo.

-¿Y?

-Te ves hermosa, como siempre. –Le sonreí y ella suspiró aliviada.

-Cinna me dijo que mi cabello volverá a la normalidad en un par de días y varios lavados, no es como las tinturas comunes.

-No me importaría que te quedará así, te sienta bien el rojo en combinación con tu color natural.

Ella se ruborizó y yo aproveché para darle un breve beso en los labios... o al menos intentarlo, porque Portia me apartó de mi prometida antes de conseguirlo.

-¡Maquillaje! –Me retó. Miré el labial rojo y el brillo en los labios de Katniss, incluso estaban delineados por un naranja oscuro. – ¡Se lo vas a arruinar, Peeta! Vosotros dos debéis dejar el romanticismo para después.

Vi a Katniss ruborizarse y fulminar con la mirada a Portia por interrumpir. Yo hice un pequeño mohín hacia Katniss que también vieron nuestros estilistas y luego me recompuse. Suspiré.