POV _____:
Hacía menos de una hora que llegué a casa, mamá aprovechó para mimarme cuanto pudo y platicar conmigo, ¡Tenía muchas novedades que contarle sobre los años que pasé estudiando en Italia!
Al cabo de un rato escuché el chirrido de la puerta principal abriéndose; sólo significaba una cosa, así que me apresuré en llegar al vestíbulo para recibir a Kae.—¡Tiempo sin verte, hermana!
El reencuentro resultó en una sorpresa mutua, los ojos de ella parecían no dar crédito a mi presencia, y en cuanto a mí, su nueva apariencia me dejó sin palabras por un instante.
—¡_____!— Arrojó su pobre mochila al piso y en seguida me ví aprisionada entre unos brazos que con firmeza me estrechaban —¡No puedo creer que estés aquí!
—Bueno, ¡Seguramente les hacía falta un poco de mi valiosa presencia en éste lugar!— Kae deshizo el abrazo, aproveché para hacer una rápida inspección de pies a cabeza. —¡Mírate, luces increíble!
—¡Gracias! No hace mucho que conseguí ésta figura, aún no estoy acostumbrada del todo...— Una expresión avergonzada se hizo presente en su rostro, a la par que sus pies se cruzaban en un gesto de modestia.
—Ahora será imposible diferenciarnos— Arqueé una ceja mientras imitaba la postura de mi hermana, ambas estallamos en risas que irradiaban pillería y complicidad.
Kae y yo somos gemelas.
De pequeñas nos encantaba jugar fingiendo ser la otra y causarle dolores de cabeza a la gente, pues era imposible diferenciarnos; sin embargo, al entrar a la secundaria Kae comenzó a subir de peso, por lo tanto... ¡Adiós a los trucos y bromas!—¡Hijas! Es hora de cenar.— La voz de mamá se escuchó, llamándonos desde la cocina.
Por inercia recogí la mochila abandonada, mi hermana cerró la puerta y ambas nos dirigimos al comedor entre risillas; nos sentamos una junto a la otra, la cena se desarrolló con tranquilidad mientras comenzamos a ponernos al corriente, ella me contó sobre su primer año en preparatoria y por mi parte, le hablé de mis estudios.
Siempre quise aprender animación, así que al recibir la oportunidad de estudiar con beca en una de las mejores academias italianas acepté de inmediato, y aunque fue difícil y doloroso dejar a mi familia y amigos durante dos años, valió la pena completamente al conseguir graduarme con honores. Ahora que estoy de regreso, pienso retomar mis estudios normales y ya se ha arreglado todo para entrar en la misma escuela que mi gemela.Terminamos de cenar, ayudé recogiendo los platos y llevándolos al lavatrastes, pero en medio de mi tarea, me salió un pequeño bostezo, mismo del que se dio cuenta mi madre. —¿Estás cansada?— Asentí mientras ella pellizcaba cariñosamente mi mejilla —¿Está bien que compartas habitación con tu hermana?
—¡Sin ningún problema!— Dirigí la vista hacia Kae, quien parecía inquieta mirando de reojo las escaleras que conducían a los cuartos.
—S-sí, está bien. ¡Iré primero para ordenar un poco!— Dijo mientras corría hacia las escaleras y desaparecer un segundo después.
Quedé extrañada por su reacción, imaginando mil cosas estaba a punto seguirla arriba, pero el sonido de alguien más llegando a casa me detuvo. Lentamente giré la cabeza en dirección a la entrada, el pomo de la puerta comenzaba a girar e inmediatamente me escondí detrás del muro más cercano. Los desganados pasos se oían avanzando, una silueta se hizo presente del otro lado de la pared y salí de mi escondite con un salto pensado para aterrizar sobre la espalda de la víctima: cierto hermano mayor.
—¡AHH!— El pobre se retorció, buscando cómo quitarme de su espalda, sin éxito. Aunque consiguió descubrir a quién estaba cargando.— ¿¡Qué crees que haces Kae!?
¡No estoy de humor para tus tonterías!—¿Kae? Me ofendes, ¿Acaso un par de años bastaron para que olvidaras cómo reconocerme?— Me apiadé de él y por fin regresé al suelo, aguardando con paciencia que dedujera la situación.
—¿¡_____!?— Satisfecha, asentí con una cálida sonrisa. Él por su parte no esperó para abrazarme. —¡De verdad juré que eras Kae! ¡No puedo creer que estés aquí!
—Entonces confirmamos que somos idénticas de nuevo, el mundo ha de temer el regreso de nuestras bromas.— Exageré una maliciosa expresión, mi hermano parecía tanto preocupado como feliz, nos entretuvimos algunos minutos platicando antes de que Kae hiciera acto de presencia nuevamente.
—Ya puedes subir, _____.
—Está bien, ¡Takurou, en otro momento seguiremos nuestra charla!
El mencionado asintió y se despidió para ir a comer algo, por mi parte, seguí a Kae hasta la habitación. Una vez frente a la puerta, la delgada mano de ella parecía temblar con duda a medida que giraba el pomo, luego de interminables segundos abrió, apartándose para dejarme pasar.
Apenas entré, algunos posters de un chico muy familiar en las paredes captaron mi atención; Kae cerró la puerta y me miró con el rostro más rojo que una cereza.—Seguramente ya lo habrás notado, y espero que no te moleste...— Hubo una larga pausa en la que respiró profundo, hasta que juntó el valor para hacer contacto visual. —Soy otaku.
Mi cara permaneció neutral, comencé a intercalar mi atención entre ella y los posters, entonces, repentinamente solté un grito agudo.
—¡¿Te gusta Mirasa?!— Entre brinquitos y gritos de emoción me acerqué a apreciar cada imagen de cerca mientras Kae me veía, atónita. —¡No puedo creerlo! ¡En éste luce increíble!— Corrí hacia mi maleta, buscando deprisa en uno de los compartimientos hasta sacar un pequeño poster del susodicho husbando; lo mostré en toda su gloria, hablando entrecortadamente. —Es la edición especial de hace un par de días.—¡No puede ser!— Kae lo sujetó con sumo cuidado, casi podría jurar que sus ojos irradiaban brillitos. —¡Éste ni siquiera está en las tiendas de Japón todavía!
La euforia había ahuyentado el cansancio de mi cuerpo, así que nos sentamos, dando comienzo a una laaarga charla entre otakus. Hablamos de nuestros personajes favoritos de Mirasa, Kae me mostró su colección de mangas y figurillas (que irónicamente había escondido por temor a mi reacción); también nos recomendamos algunos animes... Y luego de un rato me contó la interesante e intensa historia sobre cómo unos amigos suyos comenzaron a coquetearle una semana antes de mi llegada.
—Ha sido muy complicado. Los cuatro buscan pasar todo el tiempo posible conmigo, y ya te imaginarás que nunca faltan momentos en los que se hace imposible no montarme escenarios románticos entre ellos...
—Kae, ¡Me temo que has terminado en un juego otome!— Bromeé, a lo que ella me dirigió una mirada de descontento. Me ví en la obligación de contener una risita. —Perdona, perdona. Pero tienes que admitir, ¡Resulta hilarante descubrir que tu hermana también es otaku, fujoshi y que cuatro chicos perfectamente shippeables quieren salir con ella!
—...¡Tienes razón! En cierto punto resulta gracioso de hecho.— Ella por fin relajó su expresión, incluso dejó escapar algunas ruidosas carcajadas, hasta que sus ojos se fijaron en el reloj que colgaba sobre la cama. —¡Maldición, ya es tarde!.
Seguí su mirada hacia las manecillas, efectivamente estábamos en el límite, lo mejor sería dormir cuanto antes para no ir desveladas a la escuela.
Hice una veloz visita al baño para ponerme la pijama, una vez de vuelta me dejé caer sobre el colchón inflable que habían preparado para mí provisionalmente, Kae en seguida apagó las luces y se lanzó a su cama.—¿Mañana me presentarás a tus pretendientes? Estoy ansiosa por conocer a mis nuevos otp— Dije en dirección al bulto que formaba mi hermana bajo sus sábanas, pero sólo obtuve un ronquido como respuesta. —Olvídalo... Buenas noches.
Hablé en voz baja, lo decía para mí en parte. Pasé unos minutos mirando el techo, emocionada de imaginar lo que ocurriría mañana antes de lograr conciliar el sueño.
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La hermana de Kae [WGMD] {Editando}
FanfictionLuego de un dos años estudiando en el extranjero, _____, la gemela de Serinuma Kae regresa encontrándose con la sorpresa de que su hermana ha cambiado físicamente de manera radical. Al ingresar a su nueva escuela junto a Kae, conoce a cuatro lindos...