Capítulo 20: Ser todo tuyo (Nanashima)

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—¡_____!

Me sobresalté al escuchar una voz familiar pronunciar mi nombre detrás mío, me giré lentamente, era...  


—¡Nana!  

El susodicho atravesó la marea de gente llevándose uno que otro empujón a lo que él respondía con otro, cosa que me resultó lo suficientemente graciosa para esbozar una sonrisa hasta que por fin llegó a mi lado, fingiendo agitación al apoyar sus manos en sus rodillas por la pequeña odisea que había vivido.   —¡Son unos salvajes! Casi no salgo vivo de ésta... Pero les dí su merecido, ¿Lo viste?

—Si terminar hecho un desastre es ganar...

Dije observando el cuadro, su camisa se había desceñido y su corbata estaba floja. Aunque de esa forma no se veía mal, al contrario, me fue inevitable morderme ligeramente el labio desde adentro cada que su ropa se alzaba con alguno de sus movimientos, revelando apenas una pequeña parte de tonificada piel.
Vaya forma de levantarme el ánimo, inclusive me había olvidado por completo del motivo de mi desgano.

—Detalles, detalles.—   Su tono de voz parecía restarle importancia, y aún así volvió a fajarse la camisa para luego pelearse con el nudo de la corbata unos segundos hasta que decidí apiadarme de él y lo ayudé a rehacer el nudo (bendito sea aquél anime donde mostraron cómo hacerlo). Mantuve mi atención fija en la prenda, no sólo por la urgencia de hacerlo bien a riesgo de llevarme una pequeña burla, sino también por la intensa mirada del rubio sobre mí que percibía perfectamente sin necesidad de verlo. Una vez terminada mi labor, me aparté unos pasos tratando de controlar mi nerviosismo mientras Nana inspeccionaba mi trabajo detenidamente, hasta que, dándose por satisfecho, se cruzó de brazos.   —Nada mal, ¡me sorprendes!

—Ese nudo te costará $5.—   Dije imitando la pose altanera del chico, alzando una ceja con toda intención de lucir lo más seria posible.

—¿¡Qué!?—   Sus ojos se abrieron con una fugaz sorpresa, casi de inmediato recuperó la compostura, siguiéndome el juego.   —Mucho me temo que conseguir éste fino traje me dejó en bancarrota. Entonces...—   Fingió pensarlo un momento, admito que consiguió intrigarme, pensando en mil cosas que pudiera decir a continuación. Todo esperaba, menos verlo inclinarse y depositar un breve beso a escasos milímetros de la comisura de mis labios.   —¿Eso será suficiente para pagar mi deuda?

Me quedé pasmada por completo, reviviendo una y otra vez aquella cálida sensación en un pequeño bucle de emociones amontonadas. Seguramente lucía demasiado perdida, a juzgar por la mirada de Nana diciendo "Genial, ya la rompí". En cuanto dejé de sentir en mi cuerpo la extraña pero agradable sensación de adormecimiento, sostuve entre mis manos aquél hermoso rostro y cerré toda distancia entre ambos, besándolo de lleno.
De inmediato fui correspondida, al sentir cómo una de sus manos se se posó en mi cadera mientras que la otra sujetaba mi cabeza por detrás, como si temiera que me separara de él...

A cada segundo podía sentir su deseo reprimido, el cual resultaba ser mutuo, la urgencia reflejada en el movimiento de nuestros labios eran de tal intensidad que tuvimos que separarnos para recuperar el aliento, perdiéndonos uno en los ojos del otro en un eterno instante que al final decidí romper junto con el silencio.   —Creo que ya estamos a mano. Aunque tengo la impresión de que tú saliste ganando más.

Ahora él parecía la colegiala enamorada, entre suspiros y un tenue rosa tiñendo sus mejillas sin dejar de hacer contacto visual, por momentos daba la impresión de ser el niño más feliz del mundo que por fin había conseguido algún caramelo que ansiaba desde hace mucho. Parecía seguir procesando mis palabras a su ritmo, le tomó algunos segundos volver a hablar.   —¿Y si te compenso?

Arqueé una ceja, tratando de descifrar aquella mirada cargada de emociones. —Tendría que ser algo lo suficientemente increíble como para compensarme.—   Esta vez me había mentalizado a esperar lo inesperado de su parte, cosa que en seguida comprobé cuando se acercó a mi oído susurrando, ofreciendo con dulces y seductoras palabras aquello que hizo que mi rostro ardiera, y que a la vez mis latidos se aceleraran con gran expectación y deseo.

Una vez concluida su proposición, se separó para aguardar por mi respuesta. Mi silencio fue suficiente para hacerlo dudar, tragando saliva con pesadez ante el temor de haber cometido el error de ir demasiado lejos... Afortunado él, ya que luego de darme el tiempo de pensarlo cuidadosamente, había tomado mi decisión.

—Más te vale cumplir todo eso que has dicho, si termino decepcionada vas a deberme una muy grande y no te dejaré olvidarlo.

La sonrisa de Nanashima no podía ser más grande. Las palabras ya no harían más falta, así que, sujetando delicadamente mi mano, me guió por el lugar con la confiada actitud de nuestro pequeño momento de complicidad, hasta que en completa discreción abandonamos el gimnasio viéndose reflejados en nuestros ojos toda clase de emociones afines a la intensa expectación por lo que íbamos a hacer.


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Final de Shinomiya, 23/09/2020

La hermana de Kae   [WGMD] {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora