Capítulo 6: ¿Apostamos?

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El fútbol no es de mis mayores aficiones, sin embargo, de pequeña solía jugar con mi hermano mayor para pasar tiempo con él. Con los años se hizo menos frecuente y terminé dejándolo, así que pensé que sería genial entrar al club de fútbol para practicar y así volver a enfrentar a Takurou como cuando éramos niños.

Mala idea.

—¿¡QUÉ!?— Shinomiya gritó tan fuerte que estuvo a punto de dejarme sorda.

—¿Q-qué tiene de malo el club de fútbol?— Pregunté con recelo, temiendo arrepentirme de mi elección.

—¡Que ese par de idiotas son de ese club! — Dijo histérico, señalando a Nana e Igarashi, quienes no se molestaron en ocultar las miradas de triunfal complicidad que intercambiaban entre sí.

—Oh, ya veo... — Sonreí ingenuamente, no me parecía un problema en absoluto, ¡Era una gran oportunidad para interactuar más con ellos y fortalecer los lazos de una amistad relativamente nueva! Ahora lo esperaba con ansias.

...


Por fin llegó la hora de ir a nuestros respectivos clubes, los demás permanecieron en el edificio, mientras Nanashima, Igarashi y yo salimos al patio trasero de la escuela donde se ubicaban las canchas deportivas.

Para el alivio de Shinomiya y Mutsumi, los miembros practicaban divididos entre equipos masculinos y femeninos, por lo que los chicos se encontraban observándome desde la cancha de al lado; y como era mi primer día, tuve que hacer un 'test' de aptitud con un partido de práctica para determinar mi nivel de experiencia en el fútbol.

El marcador terminó 3-1 a nuestro favor con dos goles de mi parte, aunque fue mera suerte que los anotara debo admitir, sin embargo, me llovieron halagos del resto de mis compañeras de equipo, además de pedirme que jugara en el siguiente partido. Luego de un rato de charlas, la gente comenzó a dispersarse y fue entonces que Nana se aproximó aplaudiendo.

—¡Así que no eres un asco en esto al contrario que tu hermana!

Aunque bien es cierto que Kae no era la mejor deportista, no iba a permitir que aquel insulto quedara impune. —Me ofendes con tu falta de fe en mí.— Puse una mano en mi pecho con fingida y exagerada indignación. —Apuesto a que en un partido te dejaría mordiendo el polvo en cinco minutos o menos.

—Una simple práctica no prueba nada.— Dijo cruzándose de brazos, obviamente negándose a ceder.

Imité su pose, mirándolo de manera retadora por unos segundos hasta que volví a relajar los hombros soltando una risita. —Bien, no te culpo por no querer perder tu dignidad, después de todo, sería vergonzoso admitir que una mujer te supera en tu amado fútbol...

—¿Eso crees? ¿Qué soy un debilucho? Acepto entonces.— Su mirada se ensombreció por un instante, inclinó levemente su espalda para acercar su rostro al mío. —Pero, ¿Qué obtendré si gano?

—Sencillo, el perdedor hará algo que el ganador le pida.

Arqueó la ceja derecha al escuchar mi propuesta, lo pensó un poco antes de que una sonrisa confiada se formara en su rostro. —Trato hecho.

—Bien...— Ésta vez yo me acerqué un poco más a su cara, si le demostraba el mínimo signo de debilidad, se le subirían los humos lo suficiente como para devolverme mis palabras. Sin titubear, le sostuve la mirada y en el momento menos esperado golpeé amistosamente su brazo para en seguida salir corriendo hacia los vestidores. —¡Aquí mismo, mañana en el descanso!

El rubio sobó su brazo adolorido, Igarashi, quien había estado distraído entrenando se acercó al notar que la joven se alejaba. —¿Ocurrió algo?

La hermana de Kae   [WGMD] {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora