Capítulo 23: Hacerte feliz (Igarashi).

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—¡___!

Me sobresalté al escuchar una voz familiar pronunciar mi nombre detrás mío, me giré lentamente, era...

—¡Igarashi!

Se abrió camino ágilmente a través de la gente, buscando acercarse al área menos concurrida para poder pasar sin problemas, no le tomó mucho llegar a mi lado, en seguida se acomodó recargándose en el muro mientras resguardaba ambas manos en los bolsillos de su pantalón, entonces me dirigió una mirada inquisitiva.   —¿Va a decirme por qué la veo tan apagada, señorita?

Me encogí de hombros a la par que una resignada sonrisa aparecía en mi rostro.
La confianza que inspira Igarashi es una de sus cualidades que más curiosas me resultan, dejando de lado todo lo demás, es él con quien siempre me sentí más a gusto, y por ello no me conflictuaba en absoluto serle sincera... Aunque, si podía aligerar el ambiente...   —Temo que la nostalgia me ha vencido. ¡Los últimos días han sido taaan ordinarios que comienzo a extrañar los problemas que me causan ustedes!—   Dije con un exagerado tono dramático, cubriendo mi frente con el dorso de una de mis manos para complementar el cuadro.

—Yo lo siento, pero esos tres ya me dieron suficientes emociones para toda una vida, necesito un largo descanso, quizás un día o dos.—   Aunque trató de verse lo más serio posible, después de algunos segundos estalló en risas, bastante contagiosas además, por lo que ambos estuvimos carcajeando algún rato hasta que, con una última exhalación recobré la compostura.

—Aunque sólo sea durante las vacaciones, te... los voy a extrañar muchísimo.—   Todos teníamos nuestros propios planes, por lo que no nos veríamos por algunas semanas. Sin embargo, tenía un solo motivo para ansiar que ese tiempo transcurriera lo más pronto posible, motivo al cual tenía de pie frente a mí.
Los nervios hicieron acto de presencia, provocando que mis últimas palabras saliesen temblorosas y apenas audibles. Recurrí al brazalete que llevaba puesto, haciéndolo girar alrededor de mi muñeca como un burdo intento de lidiar con la tensión.

 —Me cuesta creer que ya haya pasado un año...—   A juzgar por la cara que puso Igarashi ahora sí que hablaba fuera de broma. Vi cómo puso su atención en los demás, quienes estaban bailando y divirtiéndose sin reparar en nosotros, observando en silencio hasta que dió un suspiro cargado de melancolía.   —Es curioso, ¿Sabes? Apenas hace unos días nuestro futuro académico se había ido injustamente por la borda, pero me parece tan lejano... Y a la vez tengo la impresión de que todas las divertidas estupideces que hemos hecho sucedieron ayer. 

No pude ocultar la sorpresa de mis ojos, escuchándolo decir casi lo mismo que aquejaba mi corazón, además, el que mencionara el desafortunado incidente con el profesor no hizo más que empeorar la sensación de opresión en mi pecho.
 Inconscientemente mi mano se movió en busca de la suya, pero al notar que estaba por girar su cabeza hacia mí, rápidamente hice que mi brazo retrocediera, resguardándose en los pliegues del vestido.

—Sé que el tema aún te incomoda, ____.—   Dijo refiriéndose al asunto del profesor, ¿Tanto se me notaba?   —Lo siento, es sólo que... Aunque las circunstancias fueron desafortunadas, no pude pedir mejor compañera para afrontarlo. Quería decírtelo.

Tan solo eso bastó para desvanecer toda sensación negativa. Ésta vez sí llegué a tomarlo de la mano, mi mente comenzaba a armar mil trasfondos para sus palabras, mientras trataba de buscar en ese rostro alguna pista de que aquello que había escuchado significaba lo que quería creer. Mis especulaciones se vieron interrumpidas al sentir cómo el agarre ajeno aumentaba con una increíble firmeza y delicadeza a la vez, mientras sus ojos oscuros me miraban con una dulzura tal, que cualquier sonido se rehusaba a salir de mi garganta. 
Mis latidos se aceleraron al igual que el ritmo de mi respiración, todo mi cuerpo aguardaba expectante, dando pauta, casi suplicando que él continuara.

—En esa ocasión ambos afrontamos algo sumamente difícil. Desde siempre has sido tan amable y atenta, incluso en ese momento, el sólo hecho de saber que ahí estarías con una sonrisa a pesar de todo me ayudó a sobrellevarlo. Admito que te subestimé, fuiste muy fuerte y valiente, por ambos. Tú siempre estuviste segura de que todo al final se resolvería, nunca dejaste de tener fé y yo...—   Hizo una pausa, sentí que por un instante había olvidado cómo respirar, y él por su parte dibujó con sus dedos la forma de mi cara, recorriéndola suavemente hasta detenerse por debajo de mi barbilla, alzándola un poco.   —Terminé enamorándome de esa convicción, terminé enamorándome de ti.

Sentí cómo mi pecho era incapaz de contener toda la dicha que comenzaba a invadirme como una agradable calidez. Aunque era más que obvio que aquella declaración sería aceptada, conseguí sacar una risa risueña con la felicidad más genuina reflejada en mis ojos, ojos los cuales se cerraban con cada centímetro que el rostro de Igarashi se acercaba al mío, hasta por fin sentir sus tan ansiados labios posarse sobre los míos.

La hermana de Kae   [WGMD] {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora