Capítulo 4

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WAS* En éste caso serían los báculos de los 3 dioses del inframundo.

LASCIATE OGNE SPERANZA, VOI CH'ENTRATE* Los que entráis abandonan toda esperanza

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Fueron los segundos más terroríficos de mi vida, la sonrisa de Stanley que por un momento me hizo pensar que se lanzaría conmigo, pero que luego desapareció de mi vista y luego...

Supermassive black hole.

Ese pitido chirriante en los oídos, (según textos: tus neuronas muriendo), aunque la punzada permanecía constante a pesar de que disminuyo lo suficiente como para no dejarme sin el sentido del oído.

Estaba segura de que seguí gritando unos cuantos segundos más luego de que caí, pero entonces desplegué mis alas, me acomodé como me había dicho Zach justo después de pasar por el portal y traté de calmarme, luego noté que no había viento, no lo sentía ni en mis alas ni en ninguna parte de mi cuerpo, sin embargo mis pies no tocaban fondo y mi cabello flotaba sobre mi cara.

-hermoso ¿no?- preguntó Stanley apareciendo a mi lado.

Luego escuche la pesada respiración de dos personas más justo en la dirección opuesta.

-¿qué es esto?- preguntó Ira mientras seguía bien sujeta en los brazos de Zach.

-La zona cero- respondió.

-¿Entonces es verdad?- preguntó Zach.

-existen muchas teorías, y todas son ciertas- respondió Stanley.

-¿sabes lo que es esto?- le preguntó mi hermana a Zach

-Según lo que he leído, es una zona neutral, nadie pasa por éste lugar a menos de que esté vivo, es igual en todos los inframundos. De hecho, como seres vivos, estamos infringiendo una ley una vez salgamos de aquí y sigamos descendiendo.

-Deberían ofrecer toda la información que posean para así al menos no quedar como estúpidas sin saber qué hacer- reprochó mi hermana mientras se cruzaba de brazos.

Zach agarró uno de sus mechones flotantes y lo acomodó detrás de la oreja con dulzura.

-Te diré todo lo que sepa de ahora en adelante- prometió él dándole una suave mordida en el hombro, luego se acercó a su oído y le susurró algo que la hizo reír y sonrojar. Al notarnos allí frente a ellos él aclaró su garganta y ella puso cara inexpresiva.

-Bueno, hora de salir de la zona de confort- él tomó mi mano libre (ya que con la otra sujetaba a Chimuelo) y tocó el suelo, luego también pude sentirlo... al fin. Mi hermana y Zach bajaron al instante sintiéndose un poco menos estable.

-¿Cómo lo hiciste?- le preguntó ella a Stanley.

El chico solo se encogió de hombros y se limitó a decir: - Las ventajas de ser un marginado.

-Oh, por favor, no seas tan modesto Charlie- contra atacó mi hermana, Stan se giró y le guiñó un ojo.

Muy bien y ahora ¿qué nos espera?- preguntó Zach tomando una mano de Ira entre la suya.

-Bueno, a lo sumo, aspiro y espero que al menos Caronte no haya cambiado de lugar- aclaró Stanley poco convencido.

Salir de aquella zona cero parecía imposible, sin embargo Stanley caminaba a paso firme guiándome por los lugares correctos, era difícil saber si iba recto o cruzaba por algún lado, debido a la oscuridad, pero algo me decía que esto no era sólo cuestión de caminar en línea recta.

Highway the Hell (libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora