Capítulo 12

322 38 3
                                    

-Bueno, al menos no son 100 o 200 peldaños, solo unos cuantos, y nos sacamos la lotería porque es en descenso- Zach fue el primero en bajar las gradas de dos en dos, serían al menos unas 30 de ellas y a ambos lados se veían dos gárgolas con antorchas iluminando el camino. Ira fue la segunda en bajar pero cuando notó que Stanley se quedaba a mi lado ella se cruzó de brazos y frunció el ceño, entonces Stanley muy incómodamente bajó la cabeza y pasó de largo siguiendo a Zach.

-Le dijiste algo ¿cierto?- pregunté mientras la rabia se abría camino por todo mi cuerpo.

Ella sólo se encogió de hombros, dio media vuelta y comenzó a descender

-No- dije adelantándome algunos pasos y sujetándola por el brazo- tenemos que hablar de esto. ¿Le dijiste algo?- reproché en un tono grosero.

-Y si es así ¿qué vas a hacer?- preguntó ella arqueando una de sus cejas. Sabía qué significaba eso, ella me estaba retando a desobedecer alguna de sus órdenes.

-No tienes derecho Ira- le espeté- puedo manejarlo.

-¿Manejar qué?- preguntó ella- míralo nada más, ¿sabes cuántas chicas deben correr tras él cuando lo ven?

-Ninguna- estallé- ¿acaso ves a alguna otra chica tras él? Está aquí, conmigo. Él es el único que realmente está aquí conmigo.

-Yo estoy contigo- refutó ella.

-¿De veras? Yo no he notado mucho de tí realmente. Nunca me hablas, siempre estás apartada... es como si...

-COMO SI ¿QUÉ?- preguntó ella en voz realmente alta, su rostro estaba tenso y sus ojos brillaban como cuando se va a convertir.

-COMO SI HUBIESES PREFERIDO DEJARME A VOLUNTAD DE HAWK- le respondí aprovechando mi subidón de adrenalina- DEBISTE DEJARME PUDRIR ALLÍ ADENTRO, AHORA TIENES A ZACH Y AMBOS SE COMPLEMENTAN, Y YO SIMPLEMENTE SOY UN OBJETO MÁS, UN SEGUIDOR MÁS TRAS DE USTEDES.

Pero nunca me arrepentí tanto de decir algo como en ése momento. Ira se quedó petrificada, sus ojos se apagaron, y su posición dejó de ser defensiva.

-Nunca dejé de buscarte- susurró ella- no sabes el infierno que pasé y a cuantos tuve que enfrentarme para poder encontrarte, no me rendí. Y si ahora no te hablo y no estoy pendiente a cada instante de ti es porque cambiaste, ya eres independiente y madura, anhelas tener tu espacio y no quiero quitarte eso, pero no sabes cuánto anhelo volver a abrazarte y cargarte en mis brazos sobre todo en éstos últimos días cuando todo parece estar en nuestra contra. Si realmente no me importaras no habría aceptado seguirte en éste lugar, pero mírame, aquí estoy, intentando proteger a alguien que no quiere ser protegido- su voz se quebró y las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas- incluso, únicamente estoy intentando protegerte de un chico porque es una cosa menor, pero tampoco quieres eso... así que ya entendí- dijo levantando las manos en señal de rendición- ya entendí que no eres la misma niña que he intentado cuidar durante todo éste tiempo. Lo siento, no va a volver a suceder.

-Ira- murmuré, pero ella ya descendía las gradas a paso rápido.

Genial Kelsey. Genial.

Yo sabía cómo era ella, también sabía que no lloraba, sin embargo escucharla hablar de esa manera y verla quebrarse de ésa forma delante de mí, me hizo sentir mal... soy un ser horrible.

Ella como siempre tiene la razón y yo nuevamente la embarré.

Pero no puedo hablar con ella hoy, el mal genio no se le esfuma sino hasta dentro de 2 o 3 días si estoy de suerte, con esto, probablemente deba intentar hablar con ella dentro de una semana.

Highway the Hell (libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora