Capítulo 9

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-VUELVAN A SUMERGIRSE- gritó mi hermana a los chicos, pero era muy tarde, las almas o lo que sea que estaba bajo el agua salieron a la superficie y tal como Caronte había dicho, comenzaron a agredirnos, aunque el término se quedaba corto, porque nos estaban dando una paliza, incluso cuando nos hundían seguían aruñando y golpeando, Stanley soportó una de las peores partes por tratar de sacarme a la superficie, pero cada vez se unían más al jaleo.

Yo intentaba por todos los medios seguir a flote, porque era lo único que me importaba en ese momento, no tenía alientos para luchar, mis brazos y piernas poco a poco perdían flexibilidad y movimiento, tenía miedo.

-No quiero morir- susurré pero me costó bastante caro porque el agua se precipitó a mi boca haciéndome toser y tomar más agua.

Supongo que es en ése tipo de momentos cuando las cosas suceden en cámara lenta como generalmente describes los momentos perfectos, el único problema aquí, es que no sabría definir exactamente qué tipo de momento era aquel. Mi hermana debió escucharme porque a mi lado con un gran rugido se transformó en aquel chacal inmenso que tanto terror provocaba, y eso fue el calmante de aquella situación, las almas se quedaron petrificadas, y cuando los focos esmeralda se posaron en ellas todas desaparecieron, era increíble lo liviana que me sentía sin todas esas manos jalándome hacia abajo.

Ira dijo algo en un lenguaje que no entendí, y no precisamente por su cambio de voz- Tomen aire y sumérjanse- tradujo Zach- falta poco.

No tuvo que repetirlo de nuevo.

El camino hacia al fondo fue incluso más espeluznante que cuando iniciamos, ésta vez las almas no nos ignoraban, en cambio todas se amontonaron alrededor nuestro, todas analizando, todas pendientes de quien se quedaba de último, sin embargo Ira nos jalaba a todos sin despegarnos muchos centímetros de su cuerpo y cuando el aire comenzaba a abandonar nuevamente mis pulmones notamos como la profundidad descendía, me apresuré como nunca antes a adelantar a mi hermana, necesitaba respirar.

Y al fin, mis pulmones volvieron a la vida tras una enorme bocanada de aire entrante por mi boca. Cuando todos estuvimos en tierra firme y seca volteamos a mirar en dónde y cuán lejos estaba Caronte, nuestra sorpresa fue mayor cuando vimos que el barquero sólo se encontraba a pocos metros de nosotros, lo único que nos separaba era un riachuelo de 2 metros de ancho.

-Éste lugar de veras es una mierda- comentó Zach mientras pasaba las manos por su cabello alborotándolo y sacando los residuos de agua.

-Al menos esa agua si estaba limpia- murmuró Ira acercándose a mí y tendiéndome la mano para que me levantara.

Mi peso fue pluma por el poco esfuerzo que le tomó a mi hermana levantarme de un jalón, luego sin soltar mi mano observamos el lado opuesto del rio; mi vista viajó desde los cimientos hasta que tuve que levantar mi rostro para poder ver la copa del gran palacio que teníamos en frente.

-Oh tranquilos, no se preocupen, Stanley no necesita una mano para ponerse de pie- ironizó el chico mientras llegaba hasta nosotros- impresionante, ¿no es verdad?- preguntó divertido observando como los tres nos encontrábamos petrificados ante el monumento- personalmente aún me sorprende... un poco, solamente, pero me sorprende, no sé, como que se me pone la carne de gallina- simula calentar sus brazos mediante fricción entre ellos, lo cual me hace un poco de gracia.

-Eres un poco dramático- comento en broma mientras sigo a mi hermana hacia las puertas, Stanley y Zach hacen lo mismo.

El aire aquí a pesar de todo es más... puro, no viene cargado de olores extraños ni es tan caliente y sofocante, pero en lo que realmente me concentro es en tratar de describir de manera entendible lo que mis ojos observan.

Highway the Hell (libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora