Capitulo 4

842 46 3
                                    


Después de que el Eduardo confesó que yo le había gustado mi incomodidad ante él era aún más grande, si era verdad y no me estaba mintiendo era una real locura, él había sido siempre el popular del colegio y yo la nerd, como la historia de Troy y Gabriela pero sin final feliz, luego de eso y supongo que notando mi incomodidad cambió de tema, aunque él hablaba mucho más que yo, en realidad mi rechazo hacia su persona seguía igual, aunque al alcohol no, después de la declaración del Eduardo me tomé el mojito al seco y él decidió pedirme otro, a estas horas de la noche ya iba por el séptimo y ya lo que él me hablaba lo escuchaba lejano, fue entonces cuando las anécdotas de niños comenzaron a salir a la luz, lo que hizo que ambos bromeáramos, además de reírnos.

El alcohol se me había subido a la cabeza y mis cinco sentidos ya habían bajado su capacidad a uno y medio, fue ahí cuando decidí irme de aquel lugar, mañana tenía trabajo y si seguía un minuto más con este hombre iba a ser que mi cordura se fuera al carajo. Alcé la mano para pedir la cuenta cuando vi que el mesero había notado mi gesto comencé a buscar mi billetera en la cartera.

- ¿Qué estai haciendo morena?, -Preguntó el Eduardo arrastrando las palabras-.

- Buscando mi billetera para pagar e irme, ¿no es obvio?, -Pregunté de forma irónica-.

- Pero si es terrible temprano todavía po, no te podi ir ahora que la estamos pasando tan bien, -Berrinchó-, Ya po quédate un ratito mas.

- No Eduardo, mañana trabajo y en realidad esto no está bien, lo único que necesito es que firmes el contrato nada mas, no ser tu amiga, -Dije sincera arrastrando las palabras-.

- Ya si te dije que lo iba a firmar, pero quédate otro ratito po, -Pidió-. Si igual la estamos pasando bien.

- Ya te dije que no, -Respondí seca-.

En ese justo momento llegó el mesero quien nos pasó la cuenta, cancelé lo que era mi parte aunque el Eduardo se negó queriendo pagar el total de la cuenta, nunca había dejado que un hombre me pagara las cosas, era una especie de política de vida que tenia por algo trabajaba y ganaba un muy buen sueldo, para poder costear mis cosas, me despedí de él con un simple "Adiós" y me levanté de la silla aunque todo me dio vuelta, cerré mis ojos con fuerzas tratando de que la sensación pasara pero no lo hizo, aún así camine hasta la salida del local mientras buscaba mi auto con dificultas, el mareo y la obscuridad de la noche no me estaban ayudando para nada. En ese momento sentí unas manos en mi brazo derecho, traté de alejarme con fuerza cuando me gire a ver quién era me sorprendí al ver a Eduardo, fruncí el seño.

- Estai borracha morena, -Se burló-, ¿Hace cuanto que no tomabai tanto?, no te podi ir sola así manejando.

- Si puedo, -Respondí casi por inercia-.

- Pero mírate como estai po Mari, -Sonrió-, Súbete al auto, yo te llevo por ultimo.

- No quiero, tu estai igual de borracho que yo, -Dije seria-.

- Pero yo borracho manejo mejor po morena, no va hacer ni la primera ni la última vez, además que estoy mucho mejor que tu, ya súbete al auto, -Me ordenó-, Yo manejo.

- Te dije que no quería que me llevaras, -Reproche-.

- Si no te subi por las buenas, te voy a subir por las malas Mari así que no te hagai la difícil y súbete al auto, -Ordenó de manera más dura-. No te estoy preguntando.

- Pero..., -Iba a reprochar-.

- Pero nada, ya súbete, -Dijo llevándome hacía mi auto, me quitó las llaves del auto de las manos y le sacó la alarma abriendo la puerta de copiloto, yo me cruce de brazos y él sonrió-, Ya, no seai cabra chica morena, súbete.

Lucifer's Angel (Eduardo Vargas).Where stories live. Discover now