Capítulo Uno

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NARRA MUTOU-KUN

Sentí sus caninos aún más filosos que antes raspar contra mi piel, esperando ansiosamente perforar el punto erógeno en mi cuello y mis súplicas silenciosas fueron cumplidas. Me mordió tan profundo que la combinación entre placer y dolor provocó un orgasmo, mi cuerpo temblaba cuál gelatina viviente.

La puerta se abrió entonces dejando ver a un joven de cabellera castaña, quien nos miraba sorprendido. Yo oculté mi mirada en el cuello de mi alfa, y me abracé más a él en busca de su calor. El señor Sennen no hizo más que gruñir de manera amenazante a el extraño.

—¡¿Atem que hiciste?!— Exaltado el hombre miró al hombre que aún me sostenía en sus brazos y parecía que lo ultimo que haria seria dejame ir . Para entonces yo ya no sentía aquel sofocante calor, en su lugar me sentía pegajoso, sudado y con las ropas fuera de lugar, recordé donde me encontraba, con quién y en qué condiciones para nada presentables.

Mis mejillas volvieron a adquirir el característico manchón carmín que de a poco se iba extendiendo, señal de mi vergüenza, Me separe de golpe de aquel hombre que se había atrevido a tocarme con tanta libertad, asustado y confundido, me levanté  acomode mi ropa tratando de pasar desapercibido el que mis boxers tenían la marcha y que estaba hecho un asco. Dispuesto a salir con la poca dignidad que me quedaba, pero una mano me lo impidió

Aquel hombre tan parecido a mi, me tenía de la mano mirándome fijamente con aquel par de gemas rubíes que denotaban la súplica, miedo, dolor, y un sin fin de emociones, por un breve momento una parte de mí se removió inquieta ante la mirada tan lastimera que Sennen-san me daba, mi pecho apretó dolorosamente. Quería abrazarlo y borrar de su rostro todo rastro de aquella expresión que no me gustaba en absoluto, pero ciertamente mi parte racional me gritaba que saliera de ahí y me pusiera a salvo, lejos de ese hombre.

—¡No te vayas!— dijo casi a modo de súplica, no pude evitar abrir los ojos por la sorpresa, pues aquella mirada de frialdad y superioridad que antes había mostrado ahora era una de dolor y súplica, una súplica silenciosa que iba dirigida a mi.

Me solté bruscamente de su agarre y salí tomando la mano de Joey en el proceso saliendo corriendo  junto con él como alma que lleva el diablo pasando de lado aquel tipo, mientras escuchaba como gritaba mi nombre a lo lejos. Ignore olímpicamente algo que dentro de mí me pedía a gritos sollozantes que volviera a los brazos y la protección que aquel estúpido hombre me daba, era algo frustrante.  

Corrí como nunca en mi vida, mis pies dolían pues no había parado para nada, escuchaba la respiración agitada de mi amigo tras de mí quien no objeto nada desde que salimos disparados. Los pasillos estaban vacíos, ningún alma los rondaba por lo que supuse que ya estarían en el auditorio esperando ansiosos a que se diera por finalizada la jornada para salir de fiesta a algún antro o bar. 

Me detuve frenando de golpe cosa que hizo que mi rubio amigo chocara contra mi espalda, voltee a encararlo buscando un poco de apoyo pero Joey estaba igual o más conmocionado por la mierda del baño. 

—Viejo, ¡¿Que mierda pasó ahí dentro?!— Dijo Joey casi gritando. Yo solo negué frenéticamente. 

— No lo se, no lo se amigo, solo quiero irme de aquí. Hoy no fue mi dia, quiero ir a mi casa. No quisiera volver a toparme con ese tipo loco.— Exclamé con seguridad en mis palabras. 

Joey solo asintió confirmando mis palabras y me indicó que siguiéramos a donde estaban todos los demás para poder terminar con este dia. Nos dirigimos hacia  el auditorio donde el mayor número de personas se concentraba, aunque cautelosos pues no quería otra sorpresa como la del sanitario...

(...)

Narra Sennen

Mis instintos me pedían arrancar de una la garganta de Tristán Taylor, por primera vez quería golpear a mi mejor amigo y segundo centinela al mando. La ira e impotencia me llenaban y si no salía de ahí terminaría por revelar mi verdadera naturaleza ante todos aunque en realidad no era muy mala idea, al fin y al cabo capturaría a mi presa para llevarlo conmigo si o si.

— Lo siento mucho Yami  .— Dijo en un tono de voz elevado.

— Entraste en muy mal momento, esta hecho, ¡Lo marque!  — murmure entre dientes con la mandíbula apretada así como mis manos en puño.

— ¿Q-que? — Me miró como si estuviera viendo al mismísimo Demonio en persona 

—Lo que escuchaste. Lo marque. Ese Omega,  es un omega marcado Y ES MÍO.— Dije con cierto tono posesivo, y a la vez con rabia y dolor. 

Me estaba costando gran parte de autocontrol no matar a Tristán ahí mismo - que no sería algo de dificultad,- pero sí problemático.

— ¡¿Sabes lo que has hecho pedazo de imbécil?! — Le gritó con evidente molestia. La paciencia se me agotaba al igual que la cordura y el estar separado de Mi Omega no ayudaba en nada.

—¡¿EN QUÉ DIABLOS PENSABAN TU Y TU LOBO AL MARCAR A UN HUMANO?! POR DIOS ATEM ES UN HUMANO NO ES UNO DE LOS NUESTROS . — Me gritó, dedicándome una mirada desorbitada.

—¡¿Estás consciente de lo que has hecho Atem?!— Cuestionó una vez más. Tristán se paseaba de un lado a otro como león enjaulado.  —El chico es solo un humano. H-U-M-A-N-O. 

No era momento correcto para entrar en crisis,las cosas estaban hechas y no habia marcha atras. Hacía poco mi Omega había abandonado la habitación y ya me sentía morir, mi piel picaba como si cientos de animalitos caminaran tras ella, mi calor corporal había aumentado  considerablemente, quería trepar las paredes,  sentía que en poco tiempo ya no sería la parte humana quien gobernara mi cuerpo a  voluntad sino mi lobo y lo único que me mantiene cuerdo, para no volverme loco en mi celo, era mi pareja.

Vi a Tristán tensarse.

— Debemos encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.—  susurra. 

Pero había algo que no me gustaba en absoluto y tenía a Yami aullando de dolor, y una opresión en mi pecho justo del lado izquierdo más exactamente del lado del corazón 

Èl, nuestro omega está rechazando el vínculo.

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