Perdidos, Varados Entre Otros Sinónimos → ChanBaek

c i n c o | f i n a l

Los labios de Baekhyun sabían a mango, pero sus labios no estaban agrios como le había parecido a Chanyeol con respecto a la fruta, de hecho era todo lo contrario, se sentía tan bien, tan dulce. Había algún residuo salado de sus lágrimas vagando por ahí pero eso no aminoró el dulce sabor, mucho menos la sensación porque el movimiento que lentamente se fue haciendo dueño de Baekhyun fue suficiente para que Chanyeol no extrañara para nada el aire que respiraba.

Se hizo más oficial, más real, cuando las manos de Baekhyun, temblorosas y aporreadas, se situaron en el rostro de Chanyeol, raspando un poco la barba de semanas. Se hizo realmente vivo el momento cuando Baekhyun le acarició de esa forma dulce que en la inconsciencia Chanyeol había imaginado.

Se separaron cuando fue necesario respirar correctamente, no extrañaban el aire pero lo necesitaban para existir, mas lo hicieron lentamente uniendo sus frentes y respirando agitadamente por el precipitado movimiento que ambos habían compartido. Sólo así, en medio de la silenciosa oscuridad, Chanyeol razonó qué estaba haciendo, con quién se estaba besando y los labios de quién estaba deseando besar otra vez con absurda locura. Era en demasía afortunado por el hecho de que todo estuviese oscuro, con sólo la luz de luna sobre ellos, porque Chanyeol no habría sabido explicar su expresión de ensoñación, esa que con seguridad tenía.

Chanyeol estaba debatiéndose seriamente entre dejarse arrastrar por la corriente o luchar contra ella. El Chanyeol terco y orgulloso trató de liderar, trató de apartarse de Baekhyun pero este se afianzó de su camisa y el Chanyeol confundido y atolondrado por los besos del chico terminó ganando la lucha sin esforzarse si quiera.

—No te apartes, por favor —pidió en un ruego Baekhyun, Chanyeol escuchó como su aliento escapaba raudo, agitado.

—B-Baekhyun...

—Tampoco te arrepientas. Entenderé si después de esto no quieres saber nada más de mí y me apartaré esta vez para siempre pero... regálame sólo dos segundos más así, contigo.

Decir que a Chanyeol se le rompió el corazón al son de esas palabras era mentir en toda la ley, porque sí, su corazón se fracturó en un nivel que no había experimentado antes. Las palabras de Baekhyun se escuchaban tan sinceras, tan necesitadas, como si de verdad estuviese sujetándose a un instante nada más junto a él. Fue entonces en ese momento cuando la mente de Chanyeol comenzó a llenarse de preguntas significantes, ¿qué tan fuerte era lo que sentía Baekhyun por él? ¿Hasta dónde estaba dispuesto Chanyeol a aceptar?

Odiaba tener ese debate dentro de sí mismo mientras Baekhyun le acariciaba las mejillas con sus manos, mientras ese aliento de mango le adormecía los sentidos. No podía pensar con claridad cuando Baekhyun en medio de la oscuridad le encandecía los ojos de una forma que no podía explicar en simples palabras.

Chanyeol no supo de si mismo ««nuevamente»» cuando ya un poco más lúcido, y para nada condicionado por el llanto de Baekhyun, volvió a tantear sus labios, únicamente para volver a besarlo. De todas maneras él mal ya estaba hecho, y si iba a ser condenado al menos tenía que hacer valer aquello. Por ello, esta vez se dejó guiar por sus instintos primitivos de hombre de isla privado de aquellos sentires y actuó como el hombre que secretamente había estado observando demás a Baekhyun, evaluando su actitud sí, pero también su cuerpo, la finura de sus movimientos, cada curva que componía su figura; en las noches de insomnio llegó a mirar debajo de las sábanas sólo para deleitarse secretamente con las piernas de Baekhyun, iluminadas por la luz de fogata, pero esto sólo lo sabían Chanyeol y su consciencia.

En ese apogeo dejó que dominara su corazón y le dio tres patadas fuertes a su cerebro y a su razón; dejó que el corazón dictaminara los sentires, el corazón le dijo «Chanyeol, acaríciale el pelo a Baekhyun, esta mañana se lo lavó con moras y el olor es increíble. Tómale la cintura y atráelo hacia a ti. Perfecto, lo estás haciendo bien gigante, ahora, uh, ¿será muy osado que uses la lengu...? Oh ¡Vaya! Lo estás haciendo por ti mismo, buen chico. No le vayas a apretar el culo, sé que quieres pero eso déjalo para después, ¿qué? no me mires así, claro que habrá después».