Con aburrimiento siguió el aleteo de una pequeña mariposa que en sus narices rosaba para perderse en ese infinito lugar. Kuro la siguió con la vista sin mover su rostro hasta que simplemente sus ojos ya no podían verla, y se quedo ahí, perdido en sus pensamientos. No quería despegar la mirada de esa curiosa piedra tan rustica e insignificante como todas las que rodeaban el borde del río. Y la razón era sencilla. Mahiru lo está viendo raro, o eso es lo que siente.
Estaba sentado cerca del agua, sus manos agarrando con pereza un extremo de esa gigantesca malla que estaban usando para la pesca. Algunos de los chicos estaban en el interior de esa laguna donde sus aguas no llegaban mas allá de la rodilla. El lugar era perfecto; agua calmada y cristalina, poca profundidad, y pequeñas y hermosas piedras conformaban ese suelo. Y lo más importante y razón por el cual estaban todos ahí, los peces, muchos de ellos.
Pero el verdadero motivo del porque no quería despegar la vista de ese insecto que se posó en esa piedra era porque, ya después de estar como bobo mirando al castaño más de diez minutos, Mahiru estaba a unos metros frente a él, en el agua y todo empapado, de pies a cabeza. Shirota estaba en el río por la sencilla razón de atraer los peces —como todos ahí— hacia la red, pero el chico torpemente creía que podía correr en el río como si en el terreno firme se tratase. Las pequeñas piedras obviamente estaban resbalosas, y Shirota no fue el único en caer de bruces al agua, tragando unos par de litros de paso, Misono también había caído, pero a Kuro no le tomó importancia.
Shirota después de levantarse y toser pesadamente, sintió su garganta resentida, llevándose una mano al cuello. Estaba tan metido en su trabajo, que le fue imposible el no jugar en el divertido juego de 'persigue a los peces'. No pudo resistirse a la tentación de hacerlo, no cuando veía a Licht haciendo lo mismo solo para tocar al Señor pez. Y a Hyde tratando de atraparlos a mano limpia.
Llevaban sus buenos minutos en eso, casi media hora podría jurar, pero el tiempo corre cuando te diviertes, o tienes algo entretenido que ver o hacer. Como Kuro, que había seguido el juego de Shirota en todo ese tiempo, hasta que tropezó y su risa se apagó en un sorprendido grito que nadie, salvo él, había escuchado.
Estuvo tentado a pararse y soltar esa tonta malla para ir a ver al castaño, pero éste enseguida se levantó mientras tosía. Mahiru se miraba a sí mismo, su polera blanca se le pegaba molestamente al cuerpo, y Kuro había visto cuando Shirota estrujó parte de su ropa mostrando la panza. En su mente un fugaz pensamiento le atacó diciéndole que el vientre de Mahiru era lindo, y su rostro paso de aburrimiento a desconcierto extremo.
No debió pasar más de un segundo ese pequeño momento, pero tal parece su intensa mirada había llamado la atención de Mahiru, pues cuando sus esmeraldas orbes subieron al rostro del castaño este le veía sorprendido, entonces el momento incómodo había llegado, llevándolo a la situación actual.
No encontró mejor solución que mirar fijamente una salvadora mariposa que se cruzó en la mirada de ambos, siguiéndola como si nunca hubiera visto a Shirota.
Mahiru bajó su ropa y desvió la mirada sintiéndose raro. Cerró los ojos y con sus manos sacudió sus cortos cabellos para quitarse la humedad. Cuando abrió los parpados, sus ojos vieron como un pececito cruzaba sus piernas para perderse río abajo. La mayoría de los chicos estaban en ese arroyo, otros pocos en la refrescante sombra de los arboles, y Kuro a todo sol, ni tocando el agua ni bajo una sombra. Dejar al chico ahí es como un castigo, eso pensó. Así que salió del agua para acercarse pero este tenía una ferviente batalla en no mirarle, o miraba muy concentrado a una mariposa posada sobre una roca.
— Kuro ¿Quieres que cambiemos? Puedes ir al río y refrescarte, yo me encargo de la malla.
— ¿Y tropezar y tragar el río entero? No, gracias.
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SUMMER
Fanfiction[Servamp/ Yaoi/ AU] [Romance/ Humor] [Kuro/ Mahiru] [Long-Fic] Sus anheladas vacaciones comenzaban y gracias a una buena partida de póker del tío Tooru, Mahiru se inscribe a un campamento de verano. Arrastrado diez días lejos de casa, no pensó que s...