El camino hacia el café fue lento, solitario. Hay momentos donde la soledad se transforma en poesía y uno pasa a estar acompañado más que nunca por si mismo. Son momentos de tregua entre la disociación de nuestro yo más íntimo y nosotros en concreto.
Pasé sentado en aquella mesa más tiempo del que me pareció. Tuve el impulso de dejar mi novela sin terminar, sentí por un instante que no tenía más ganas.
A veces nos pasa que las cosas que nos atrapan pierden por momento el encanto, creo... que la vida reside en enamorarse, desenamorarse y reconquistar las cosas que nos rodean y suceden.
Cerré los ojos, y busque el silencio, escuche decir varias veces que recién cuando callamos podemos oírnos.
Callar es realmente complicado. Esa voz en off insistente siempre tiene algún comentario para hacer... ... ... ... ... ... ... ... ... "silencio"... ... ... - Estoy callado? - ... ... ... ... - Si! Estoy callado! - ... ... -No, estoy hablando otra vez, shh...- silencio... -IMPOSIBLE... IMPOSIBLE CALLARME!-
La taza de café hacía mucho que estaba vacía, mis hojas en blanco, mis ganas también. No existe motivo para obligarme a escribir. Desde el principio este libro nació caprichoso, y mi inspiración tomó las riendas de mi voluntad, por lo que poco podía hacer si mi mano no escribía.
Me levante y me fui.
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Un sueño entre la Tinta y el Mar
SpiritualEl amor puede hallarse donde menos lo esperamos. Las preguntas más profundas pueden tener su respuesta escrita en la arena. Todo puede pasar cuando un escrito que ha perdido su inspiración sale en busca de su último libro.