T(iempo)E(eterno)R(epartiendo)A(mor)

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  "El amor mantiene vivo todo lo creado, y el amor fue la respuesta esperada" 

Ella nació del amor, de un suspiro inesperado en medio de un campo gravitacional. Todas las células giraban excitadas por cumplir su misión, la misión del amor. Él hizo un leve movimiento, un gesto casi imperceptible que el pensamiento rápidamente clasificó y casi al mismo instante materializó. Ante sus ojos empezaron a densificarse todos los órganos y los interminables cauces que partían del corazón y regaban todo ese cuerpo en formación. Esa piel ayapliana tomó forma y los ojos recogieron de su padre los infinitos colores del universo y la profundidad vibratoria de aquel que ama sin medida. Su corazón empezó a latir, un pulso sincero y profundo que retumbaba en la galaxia y estremecía de gozo a los mismísimos avatares.
Ya estaba hecho, ya había comenzado, una expresión de amor infinito había tomado forma y se mostraba al resto del universo limpia, sin mácula, y con la misión ancestral de repartir amor, su amor, ese amor inabarcable que cabía en un suspiro, al resto del universo. Sólo faltaba el nombre, pero, como condensar en una sola palabra tan ingente cantidad de amor? Como siempre, Él tuvo la respuesta. Se llamaría: Tera.  

Prosa lírica y oníricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora