24 de diciembre, 5:42 pm, casa de la familia Rawson, Greenville.
Cocinar es un completo dolor de cabeza para Joy, sin embargo, su padre la obligaba a pasar más tiempo con su hermano. A Richard le encantaba cocinar. Era de esperarse, ya que a uno le gusta hacer las cosas que se les da bien. Por el contrario, a Joy se le daba fatal cocinar. Toda la comida se le quema, o queda cruda, cuando intentaba hacer pasteles estos siempre salían demasiados duros como para intentar morderlos. A pesar de los intentos de Rich para que su hermana pudiera cocinar bien, siempre fracasaba.
Aunque claro, eso ya hace muchos años, porque, como el padre de ellos decía, ahora ya no pasaban tiempo juntos. Más eran las horas en las que Joy se dedicaba a pintar, y Richard a cocinar o escribir.
El mar se encontraba algo alejado de la casa, pero a pesar de eso, podía sentirse la fragancia de agua salada, y escucharse el sonido de las olas. La casa de los Rawson se encontraba, prácticamente, a la orilla del mar. El señor Thomas, padre de ellos, había colocado unas bancas afuera de la casa, en la cual se podía apreciar la belleza del océano. Para Richard, pasar el tiempo ahí siempre era perfecto. Esa era una de las cosas en las que diferir con su hermana. Bueno, esa y muchas más. Era muy difícil que ellos dos lograran estar de acuerdo en algo. Joy, preferia los días en los que sentía el frío del viento, y podía pasar la mañana, tarde y noche muy abrigada.
— Vamos, Joy. Debes deshacer bien la mantequilla, sino cuando agregues la harina la mezcla no quedará bien. — dijo Rich, desde el otro lado de la cocina. Le había asignado la tarea de hacer los pastelillos a su hermana, mientras él se encargaba de terminar el pavo.
Estaba, en su interior, un tanto estresado, porque se estaba haciendo tarde, el resto de la familia llegaría pronto, y no tenía nada de la comida lista. Sin embargo, Rich tenía un temperamento muy calmado, y a pesar del estrés le hablaba con tranquilidad a su hermana. Aunque en su interior, Rich quería arrebatarle la mezcla y terminar de cocinar él solo, porque presentía que la mala mano de su hermana para la cocina, arruinaría algo.
— Oye, yo hago lo mejor que puedo.— respondió Joy, mientras continuaba deshaciendo la mantequilla. Aunque realmente quería ayudar a su hermano y demostrarle que podría cocinar algo bien, tenía el gran presentimiento de que esa mezcla no tenía buena pinta.
Pero Joy era demasiado orgullosa. Era la reina del orgullo. Tanto era así, que decidió no pedirle ayuda a su hermano cuando notó que los grumos de la mantequilla no se deshacían por más que ella lo intentaba. Pero, dado a que Rich conocía perfectamente las capacidades de su hermana en la cocina, en cuanto terminó de hacer el pavo y lo metió al horno, se acercó a la isla de la cocina donde su hermana tenía el desastre de mezcla.
— ¡Por Dios santo! ¿Cómo rayos hiciste eso? — exclamó Rich cuando vio la mezcla de su hermana. Era una gran masa ligosa, cuando debería haber quedado suave y un poco espesa. Esa mezcla obviamente no funcionaría para los cupcakes.— Ey, no creo que esté tan mal. Podemos utilizarla, debe saber bien. — Joy, aunque sabía que tenía la culpa, no pretendía aceptar su error.
— Claro que no, ni siquiera creo que vaya a quedar comestible. — Rich alejó la mezcla y observó el reloj. — Bien, para tu suerte y la mía, aun queda una hora para que podamos hacer la mezcla de nuevo.
Joy simplemente se cruzó de brazos mientras su hermano preparaba una nueva mezclar. Sabía que si metía las manos, seguramente arruinaría la comida de nuevo. En su interior, sabía que era una pésima cocinera.
Todo este pequeño asunto era culpa de su padre. Antes de salir a traer a la tía Cathy, salió advirtiéndole a Joy que debía ir a ayudar a su hermano, si no, debía olvidar por completo su pequeña excursión con su amiga Liz. Había planeado con ella y con su novio que irían a acampar al bosque. Iba a ser genial. Además de Liz y Nate, el novio de Joy, irían tres personas más. Allyson, Jack y Jaz. El viaje parecía tan prometedor que Joy no quizo arriesgar el permiso que tanto le costó conseguir. Fue por eso que decidió que iría a hacer su mejor intento con su hermano en la cocina.
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Joy & Rich (PAUSADA)
RomanceAceptar algunas cosas nunca es fácil. Aceptar la idea de que a veces es muy difícil luchar contra tus propios sentimientos. Y que tarde o temprano debes aceptarlos. Muchas historias me han contado que existen cantidades inmensas de sentimientos. C...