CAPITULO 9

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Han pasado dos semanas y mi madre se ha ido a vivir con un hombre que por supuesto no es papa, porque esta muerto. Así que nos a dejado a mi hermano y a mi solos. Me llega dinero de ella pero nunca un "¿Quedamos?". Mi hermano ha empeorado y necesita una intervención quirúrgica urgente. El medico llama y avisa de que necesitan operarlo, pero para ello necesitábamos dinero, cosa de lo que escaseábamos. Nadie sabe que mi madre se ha marchado de casa, y no lo digo por miedo a lo que pase. La he llamado para que financie la operación pero no me contesta. No se que hacer. Y mi hermano se muere.

-Señora Ruiz –llaman del hospital, preguntan por mi madre- soy su hija Andrea, ¿qué ocurre?

-Hola Andrea, soy el doctor Rodríguez, tu hermano esta en quirófano, era urgente la intervención

-Esta bien, pero no tengo dinero –le respondí asustada y alterada.

-Lo podéis pagar hasta el año que viene, de acuerdo

-Vale, voy para allí

Me pongo la sudadera y me armo de valor para salir a la calle a las 23pm.

La gente me mira y yo agacho la cabeza. Tengo que llegar sana y salva pero en estos barrios y a estas horas eso te pone en un sin vivir. En una de esas esquinas un grupo de hombres se me acercan, sonríen y yo acelero el paso. En ello me doy cuenta de que me siguen dos de ellos. El pulso se me vuelve a acelerar y empiezo a correr, pero me alcanzan y me tapan nariz y boca con un pañuelo, pero antes de que su plan haga efecto un chico se abalanza sobre ellos y logra quitarme el pañuelo de la cara. Me agarra del brazo y me mete sin dudarlo en un coche, al principio creí que seria un vecino o el mismo Arelibg, pero no. En la poca luz que emitían las farolas esa noche logre diferenciarle el rostro. Era el chico que se ofreció la otra noche en llevarme al hospital con mi hermano.

-¿Siempre sales a estas horas? ¿No te ha dicho tu madre que este no es un barrio en el que puedes salir a pasear sin más?

-Tu no sabes nada de mi y es mi impresión o me estabas siguiendo.

-Y es mi impresión o esos hombres te conocían.

-¿Y a mi de que van a conocerme nos secuestradores?

-No se si lo sabes pero no secuestran a cualquier persona.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que o tu has tenido contacto con ellos o alguien cercano a ti lo ha tenido. Estaban a una calle de tu casa y tenían el pañuelo listo, no quiero asustarte, pero eso significa que te estaban esperando.

-Entonces, ¿sabían que yo saldría de casa hoy?

-Muchas veces no eres tu quien les avisa, sino otra persona que a ti te conozca o que haya estado al tanto de que hoy tendrías que salir a esta hora, por eso ya estaban preparados.

-Pero yo no le he dicho a nadie que hoy saldría, es que a demás si salgo es al instituto.

-Pero ha estas horas el instituto no esta abierto, que yo sepa –me dijo

-Voy al hospital a ver a mi hermano.

-¿Quieres que te lleve? Mi coche es seguro, nadie entrara a secuestrarte.

-¿Y si me secuestras tu? – le dije cruzándome de brazos.

-Todavía no me he planteado eso, pero si quieres...

-A mi nadie me secuestrara.

-Pues si quieres te recuerdo que hace no mas de 10 minutos han estado a punto de hacerlo y si no fuera por servidor tú señorita ahora mismo estarías haciendo aquello que a ellos podrías haber aportado.

-¿Aportarles algo yo a ellos? ¿Cómo qué? –cada cosa que de su boca salía más aturdida me ponía.

-¿Tienes drogas?

-¡NO! –me confundia.

-¿Tus padres eran camellos, secuestradores, o de toda esa calaña?

-Pues claro que no, somos buena gente.

-Pues entonces, prostitución – más seguro.

-¡PROSTITUCION! –me dejo fría como el hielo con esa palabra.

-Hombre, sacarían buen dinero con esas piernas –me dijo levantando las cejas e intentando poner cara de pícaro.

-No da gracia –le dije cortante.

-Eh, que si quieres conseguir dinero solo tienes que contactar con ellos –intentos evadir el tema llevándome al hospital, me hablaba y yo no le hacia ni el mas mínimo caso. Pensaba en aquella frase una y otra vez. ¿Y si tenia razón? ¿Y si esa era la salida ya que mi madre no me da el dinero para salvar a mi hermano? No. No puedo hacer eso.

-EHY, ¿podrías escuchar al medico que atiende a tu hermano? – me dijo el chico, del cual aun no sabia su nombre.

-Claro, lo siento. Dígame, ¿como esta?

-Ha salido regular la operación, pero seguro que con los medicamentos podrá recuperarse –dijo el doctor Rodríguez.

-Muchas gracias doctor,¿puedo verle?

-Se recuperara con los medicamentos, pero claro esta que esos medicamentos se tienen que pagar, al igual que la operación a la que ha estado sometido – me lo dice con un carácter que reflejaba claramente que no me dejaría verlo hasta que no le pagara el intimo céntimo de lo que le debemos.

-Ahora mismo no tengo dinero, pero le aseguro que en el primer ingreso de la misma cantidad le daré el dinero correspondiente –le digo intentando convencerlo y que espere más tiempo.

-Ya lo se que tu no tienes dinero ya que posees la edad correspondiente para ejercer en un trabajó, pero tu madre si debería tener, así que ahora cuando llegues a casa podrías decirle que conteste las numerosas llamadas que le hemos realizados para ponerla al tanto de la cantidad de dinero que deberá pagarnos. La intervención de tu hermano tuvo que haber estado aceptada por tu madre, pero a mi no me gustaría ver morir a alguien que tiene toda su vida por delante. –en la punta de la lengua tenia la frase "Mi madre ya no esta en casa" pero no podía decírselo, solo empeoraría las cosas. Miraba a aquel chico misterioso y él me miraba con cara de preocupación, parecía que me entendido que sabia que no lo estaba pasando bien.

-Mi madre...últimamente esta muy ocupada y casi no la veo, pero no se preocupe que le responderá la próxima llamada que ustedes le hagan –me dolía mentir de esa manera, pero no quería que pasase lo que yo me imaginaba. El doctor y el chico me miran no muy seguros de mis palabras. Aunque yo tampoco lo estoy, se que algún momento se darán cuenta de que toda esta película que les estoy contando es solo otra gran mentira para encubrir a mi madre.

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