TODO POR TI

CAPITULO 10

El chico se ofreció en llevarme de nuevo a casa.

-No se si te interesar pero me llamo Israel, encantado. Y por lo que he escuchado tu te llamas Andrea.

-Si, encantada, hasta mañana. –no levantaba la cabeza después de todo el discurso que el medico me dijo y no hacia caso de nada de lo que Israel me decía.

-Andrea, se que lo estas pasando mal, pero si quieres puedes contarme lo que te pasa, no hay problema –me dice intentando ponerse comprensivo.

-A ti no creo que te importe por lo que una chiquilla como yo este pasando. Mejor vete a casa y déjame.

-Te aseguro que mi vida no es de color de rosa aunque me veas con una sonrisa cada vez que hable contigo de algún tema, mi vida es complicada y rara a la vez. Mis padres hicieron que fuese así, que viviera en este apestoso barrio de tercera, lleno de gente perdida y de gente como tu.

-Gente como yo, claro, ahora me vas a decir de que en este barrio existe gente que se preocupa por los demás y que no vaga por las calles como si no tuvieran casa o lugar donde guarecerse –estoy alterada. Este chico cada vez que saca algo de su boca me pone o pensativa o de malhumor.

-Me refería a que hay gente que busca dinero. Aunque tu lo buscas de una manera especial, pero creo que "buscar" no seria el termino adecuado para definir lo que tu haces, ni siquiera te mueves de casa –es mucho más listo de lo que creía, y me asusta la respuesta que me diga a aquello que afirmare ahora.

-Yo tengo a gente que me apoya y que puede aportarme el dinero necesario –que mentira más grande.

-¿Quién? ¿Tu madre? ¿O la que se supone que vive contigo y últimamente esta muy ocupada? Andrea, solo estas consiguiendo engañarte a ti misma pensando que puedes conseguir ese dinero. Tu madre no esta en casa desde antes de que tu hermano enfermara, ¿me equivoco? –la rapidez de captar y enlazar los acontecimientos que tiene Israel es increíblemente sorprendente y sospechosa.

-Me espías, eso es lo que pasa –tengo miedo de que más gente que no sea él descubra el semejante embuste en el que me he metido.

-No hace falta espiar a la gente cuando se tiene sentido común o simplemente ojos. Toda la gente que estaba en la misma calle de de tu casa el día que un hombre, muy conocido por sus trabajos sucios; vino con su camioneta a buscar a tu madre, sabe que desde ese instante ella no ha vuelto a pisar estas tierras.

-Por eso quisieron secuestrarme antes, porque saben que mi madre ya no esta en casa-estoy más que segura de que de eso se trata.

-No descartaría eso, pero creo que no es lo único que les movió hacer lo que quisiesen hacer.

-No te entiendo, y ha sido una noche muy larga, así que necesito descansar.

-¿Estarás bien?

-Si...muy bien...puedo cuidarme una noche más –cuando me dispongo a salir del coche me agarra con fuerza del brazo y me dice:

-¿Quieres que me quede hasta mañana contigo? Puedo servirte de escudo. En mi casa no notaran que no he dormido allí, además creo que se como puedes ganarte el dinero para tu hermano.