CAPITULO 11

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Paso la noche conmigo solo porque me inquietaba la idea de que podría tener la solución a mis problemas económicos. Durmió en el sofá y al levantarme ya tenia preparado el desayuno.

-Nunca había conocido a una chica con tanta destreza para pasarse toda la mañana dormida –me dice sonriendo y con la sartén en la mano.

-Calla que no he dormido casi –digo sin poder aun abrir los ojos del todo y desperezándome.

-Sabes, tengo una teoría –me dice levantando el dedo índice.

-¿A si? Cual, la de que tienes la remota posibilidad de convertirte en todo un chef –se lo digo porque esas tortillas estaban muy buenas.

-Bueno...no me había planteado esa, pero la que si tengo claro es que mi presencia te torna una niña mala –me dice intentando poner la cara de pícaro de nuevo.

-Si, claro. Lo dices por haberte dejado dormir en mi casa. –le digo con aire chulero mientras bebo la leche.

-No, si lo deciea porque las niñas buenas no faltan al instituto por quedarse dormidas.

En se momento me acuerdo y casi me atraganto. Me comienzan a caer varias gotas de leche por las comisuras de los labios y me limpio con la mano.

-¡Mierda! No me acordaba, me visto enseguida –en el momento que me levanto él me alcanza y agarrandome de la cintura se acerca demasiado a mi cara:

-¿Quieres que te lleve?

-Te estaria muy agradecida, al igual que lo estaria si no tuviera que respirar tu aliento.

-Vistete rápido, pero ojo, cuando propongo ir en mi coche es para llevar a la gente a donde yo quiero, me entiendes –sus ojos verdes se tornan negros de repente y para que no pase lo que él quiera que pase, lo aparto con las dos manos.

-Me llevaras al instituto.

-Yo de ti no estaria tan segura. Iremos a ver como solucionamos tus problemas.

Esa ultima frases me paralizo por completo. Al instituto puedo ir otro día, pero a mi hermano eso casi no le queda.

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