Era un simple día como cualquier otro, estaba a punto de terminar el segundo año de secundaria.
Soy una típica chica de 14 años que asiste a la escuela secundaria. Mis padres son exitosos en lo que hacen y me dan todo lo que quiero y necesito, aunque admito que me gustaría que dejaran el trabajo y pasaran más tiempo conmigo, en vez de estar peleando todo el tiempo.
-¡Alison es hora de ir a la escuela! -gritó mi madre.
-¡Lo sé! -respondí aún estando en mi cama, cubierta con las cobijas.
-¡Alison, apresúrate para que hablemos de tu regalo de fin de curso! -dijo mi padre, mientras tomaba una taza de té caliente.
-¿Por qué es tan importante hablar de dicho regalo? -pregunté mientras me sentaba frente a ellos.
-No podré asistir a la graduación -mi padre tomó su celular y se levantó de la mesa-. Pero al menos mi regalo estará presente.
-Las cosas no siempre se resuelven así -dije molesta.
-Tu padre tiene cosas que hacer -mi madre lo mira decepcionada-. Además ya habrá otros eventos a los que pueda asistir.
-Eso dicen siempre -suspiré-. Tal vez me acostumbre a la decepción.
-¡No seas dramática! -grita mi madre enojada-. Nos hiere que pienses que no somos buenos padres.
-Tu madre tiene razón -toma su portafolios-. Te damos todo lo que pides y hasta más.
-¡Lo que quiero es tiempo juntos! -me levanté.
-Bien -mi padre me mira a los ojos, tan enojado que su rostro comienza a enrojecer-. Renunciaré a mi trabajo, asistiré a todos tus eventos y viviremos bajo un puente. ¿Te parece Alison?
-No es gracioso -bufa mi madre.
-No, no lo es ¿Cierto Alison?
-No -respondo cabizbaja.
-Entonces no quiero escuchar más de esto -suspiró-. Comete el cereal y apresúrate, se hace tarde para la escuela.
Lo único bueno del desayuno fue que pelearon conmigo y no entre ellos.
Todas las mañanas suelen ser así, lo único que me motiva es ir a la escuela y desahogarme con mi mejor amiga.-Hola Triz -le dije sonriente a mi mejor amiga. No quería que notará que estuve llorando.
-Mmm hola -respondió.
-No te amargues y pon una sonrisa -pude notar que ella también tubo una mala mañana.
-Así es mi cara -respondió.
-Lo sé, así es cada vez que miras a Raymond.
Mi amiga Triz ha estado enamorada de Raymond desde que inició el año escolar, todo empezó cuando él le pidió un lápiz prestado y cuando no se lo devolvió ella le reclamó molesta, él y su mejor amigo Nathe comenzaron a burlarse de los pucheros que hizo mi amiga por el lápiz y decidieron molestarla con eso desde entonces.
-¿Qué hizo esta vez ese tonto?
-Está hablando con Nathe sobre una chica -suspira.
-Que esté hablando de ella no significa que le importe -le sonreí-. Sabes que tiene poco que terminó con Kristen.
-Tienes razón -se animó un poco-. Él no es la clase de chico que sale con alguien y a la semana ya se consigue a otra persona.
-Exacto -reí-. Ni que fuera Ben Stevens.
-Hablando del conquistador -Triz fijó su mirada en Ben, quien estaba entrando al salón de clases.
-¡Hola! -Ben se dirigió hacia mi y me guiñó el ojo-. Linda diadema, Ali.
-¿Qué acaba de pasar? -Triz abrió los ojos como si fuera una caricatura japonesa.
-Ben Stevens me hizo un cumplido -respondí extraña.
-Tal vez quiere que seas su nueva conquista -dice preocupada.
-Para nada -reí-. Jamás se fijaría en alguien como yo.
-Pues no parece.
-No soy la clase de chica en la que alguien se fijaría.
Pensé en la chica que vi anoche en la televisión, apuesto a que ella tenía a todos los chicos que quisiera, en especial a mi actor favorito.
En ese entonces nunca había tenido novio, nadie se me había declarado, ningún chico me habían tomado de la mano, nunca me habían besado y nunca habían suspirado por mi.
¿Ben Stevens y yo?
El chico más popular con la nerd de la escuela. Buena broma. Era inimaginable, completa y absolutamente imposible.
Y estaba completamente equivocada, porque se lo pregunté a Ben meses después y sí, desde ese día yo había llamado su atención y me había apropiado de sus pensamientos.
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A Good Bad Girl
Teen FictionDicen que hay que pasar por muchas situaciones y personas antes de llegar a tu final feliz.