Capítulo 2.

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Podía sentir como los rayos del sol llegaban a mis ojos lo que causo que me girara quedando frente a frente con Ángel. Un chico muy atractivo de cabello rubio y ojos verdes, quien al sentir mi movimiento abrió los ojos despertando de su profundo sueño.

— Buenos días preciosa. —Dijo mirándome a los ojos con una cálida sonrisa. A lo que yo le besé apasionadamente, enrolle mis manos a través de su cuello y apegue nuestros cuerpos. Pero nos tuvimos que separar por la falta de aire, el me miro sorprendido mientras que yo le sonreía pícara.— Wow... hay que calmarnos un poco... por cierto, Ryler, ¿me amas cierto?

— No te pongas cursi Ángel, sabes que eres el único chico con el que estaría. O no me digas que... ¿desconfías de mi?

— ¡Claro que no! Yo te amo. —Me besó.

— Mmm... biem... —Separe nuestros labios.— Tengo que irme al instituto. —Me levante y saque mi uniforme, me vestí y el solamente me miraba.— ¿Qué? ¿Tengo algo en mi cara?

— No... es solo que... eres muy sexy.

— Gracias pequeño. —Me acerque y lo besé. Y me fui de su casa.

Otro títere más a mi colección. Es taaan divertido esto.

Llegue al instituto y sentí las miradas de todos los que me deseaban, los que morirían por mi, mis títeres. La verdad es que soy una aficionada a las marionetas, y sobre todo a las de los chicos con los que ya me acosté.

No es por exagerar pero tengo más de... no lo sé, ¿cuarenta? Jajaja amo hacer esto. Entre al salón y me senté en mi típico asiento, al rincón de la sala. De pronto todos mis compañeros se acercaron a mi, a excepción de uno, ese, quien me esta llamando mucho la atención... ese chico de cabello negro y ojos azul profundo.

— Esto... Ryler... —Mire a quien me llamaba.

— Dime Tom. ¿Qué necesitas? —Sonreí dulcemente y se oían los suspiros de los chicos quienes se derretían por mi.

— Pues... ¿Te gustaría venir hoy a mi casa a...

— Ver una película? —Lo interrumpí. El sabia perfectamente lo que le estaba comunicando. Sexo.

— Si, claro. A ver una película.

— Por supuesto, ¿a que hora voy?

— A las 6:30, ¿te parece?

— Claro. Ahí estaré.

Todos se fueron a sentar ya que el profesor entro y me miro pícaro. Ow, ¿mi hermana no le dio suficiente? De todas formas no me importa, ya que de igual manera yo le tengo un asco terrible a los adultos. Si hay alguien que lo haga con ganas, es mi hermana. No yo, así que simplemente lo ignore.

Que horrible seria estar con el. No seria mi títere.

El Sueño De Un Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora