Capítulo 4.

18 3 2
                                    

— Ah... A-Ahhh... ¡¡Ahhh!! L-Len... Más... Más... ¡Más! —Decía entre gemidos mientras el me penetraba contra el muro. Mis piernas estaban atadas a su cintura y mis manos enrolladas en su cuello, el sujetaba mi cuerpo mientras me golpeaba contra el muro, lo que hacia que me excitara más aún.

— Ah... ¿Te... Te gusta esto pequeña? ¡¡Argh!! —Gruñio ya que tenía mis uñas clavadas en su espalda y lo rasguñaba.— Me... ¡Me vengo! —Sentía su miembro dentro de mi vagina y tocaba mi limite lo que hacia que yo gimiera como loca.

— ¡¡Ah... demonios c-creo que yo también me vengo!! —Sacó su miembro de mi y se corrió fuera de mi vagina. Con delicadeza me dejo sobre mi cama y me cubrió con las sábanas.

— ¿Cuál es mi dormitorio?

– El que está al final del pasillo.

— Gracias~ —Me besa y agarra uno de mis pechos masajeandolos.

— Μmm... ¡ya! —Me separe de él.— Ve a dormir. —Me gire y me deje llevar por el sueño.

— ¿Qué hiciste cochinota? —Sentí un peso a los pies de mi cama, lo que hizo que despertara exaltada. Al notar bien, vi a Alexandra.

— Mmm... —Dije resfregando mis ojos.— ¿De que hablas?

— ¿Me crees una idiota? ¿Qué hiciste con el nuevo novio de mamá?

— Yo nada. ¿Por qué?

— Ajá. Entonces... ¿Por qué cuando abrí la puerta de su dormitorio, lo escuche diciendo tu nombre una y otra vez?

— ¿Qué tiene eso de raro?

— ¡Demonios! Deja de responderme con otra pregunta. Lo raro, es que tenía una erección más grande que la de los maestros. Y además, que estaba solamente en boxers.

—Ya, ¿y?

Me destapó. Me sorprendí al ver que tenía mi pijama puesto, de seguro Len me debió haber puesto el pijama para que nadie sospeche.

— ¿Qu... Qué? —Quedo sorprendida.— ¿Cómo?

— ¿Sorprendida? Por cierto, ¿que hacias tu en el cuarto de Len?

— Pues... eso no te incumbe.

— Entonces a ti no te incumbe lo que haya pasado entre Len y yo.

— ¿Entonces lo hicieron?

— Eso, NO TE INCUMBE.

— Tsk... —Se levanto de mi cama y fue hacia la puerta arbiendola, se quedo de pie alli un poco y me miro.— No será tuyo. Eso tenlo claro.

— Ya veremos de quien será, hermanita.

— Por supuesto, "hermanita" —Se va cerrando con fuerza la puerta.

Estoy emocionada.

♪Días después♪

Ahora todos los días que llegó a casa tengo sexo con Len. Ese maldito rubio me enciende más que nadie. Los gemidos que damos repletan la habitación. Pero mamá sospecha un poco, pero se que de todas formas está feliz por mi buena relación con Len.

Adoró cada vez que me dice: "Soy tuyo... y de nadie más... ¡¡a-ah!!"

El Sueño De Un Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora