Capítulo 21

359 31 20
                                    

Alba's POV.

—¿¡Qué es eso?! —gritó mi padre señalando mi cuello.

Abrí los ojos como platos y me senté bien en el sofá. Empecé a temblar como una gelatina mientras mis padres se aproximaban a mí con cara de pocos amigos.

—T-tiene una explicación... —tartamudeé, y mi madre empezó a abanicarse con su mano mientras se sentaba en el sillón para intentar respirar.

—Claro, ¡que te has estado viendo otra vez con la tía esa! —me gritó de nuevo y yo me estremecí.

—Pero... —intenté hablar, pero su mano impactó contra mi cara.

Ya está. No podía más. Empecé a llorar y sentí unas ganas tremendas de decirle que sí, que tenía razón y que Sonia fue la causante de todas aquellas marcas en mi cuello.

—¡Te dije que no podías estar con esa chica! Pero claro, tú tienes que ser la más chula y tienes que desobedecer las órdenes de tu padre —siguió chillando.

Miré a mi madre, estaba llorando en silencio mientras me miraba con cara de tristeza y preocupación.

—No hace falta que le pegues, cariño... —dijo mi madre, intentando tocarlo, pero él negó con la cabeza y volvió a chillar.

—¡Pero no le des la razón! En esta casa se me está perdiendo el respeto, y no me está gustando. Te advierto que, como vuelva a verte con esa chica, te echo de casa —me señaló con el dedo y se fue de casa, dejándonos a mí y a mi madre llorando.

Mi madre se acercó a mí y intentó abrazarme, pero claramente le rechacé el abrazo, por lo que suspiró y empezó a hablar.

—Alba, sé que no he sido una madre ejemplar, pero el trabajo en la empresa es cada vez más —intenté hablar, pero ella me cortó— Sé que le hemos dado más importancia a nuestro trabajo antes que a nuestra hija, pero te aseguro que yo te sigo queriendo igual o incluso más que antes. Te admiro, cariño. Has tenido la valentía de confesarnos a mí y a tu padre que te gustaban las chicas con más gente delante. Créeme que a mí no me molesta para nada, lo que me molesta es que no te hayas tomado la confianza de hablar con tu madre en privado y contármelo.

—No intentes arreglarlo ahora, mamá. Dices estar ahí para mí, pero sé que te pondrás del lado de... Papá. No te mereces que te cuente nada de lo que ha pasado.

—Cielo, el amor es amor y aunque no lo creas soy quien más te comprende —hizo una pausa y tras estar unos segundos callada, empezó a hablar—: También me enamoré de una chica a tu edad. Era guapísima, y me ayudaba en todo lo que necesitaba. Siempre estuvo ahí para mí. Sé lo que es que tus padres te obliguen a dejar a quien quieres, me obligaron a dejarla por tu padre, ya que tu abuelo tenía una gran empresa y mi familia era demasiado pobre como para permitir que yo me casase con alguien aún más pobre que nosotros. Lo peor es que a la chica le pasó lo mismo que a mí... —se mordió el labio inferior y yo la miré incrédula.

—¿E-es... En serio? —tartamudeé mientras la miraba con los ojos llorosos. Ya no salían lágrimas de ellos, me había quedado de piedra.

—Sí... —tragó saliva y luego intentó sonreír— Bueno, cuéntame sobre esa chica... ¿Es ella la culpable de todo esto? —señaló las marcas en mi cuello y yo pensé en si debería contárselo o no.

—Sí, pero no hemos hecho nada. Sólo estábamos huyendo de dos imbéciles que intentaban darnos una paliza, porque no sé si te habrás dado cuenta, pero antes de que conocerla, Carlos no paraba de pegarme y acosarme en el instituto —me miró asintiendo con la cabeza lentamente.

—Claro que lo sé, cielo... Han sido tantas veces las que me lo has contado...

—¿Y por qué ninguna de ellas me has hecho caso y no has intentado ayudarme? —pregunté con curiosidad, y ella suspiró.

—Tu padre y yo siempre hemos sabido de ello, y créeme que ambos hemos intentado ayudarte, pero cada vez que lo intentábamos tú te negabas y no querías decirnos quién era quien te hacía todo aquello, ¿lo recuerdas? —asentí con la cabeza lentamente y seguí con mi explicación.

—Bueno, ahora aún siguen haciéndome todas esas cosas, pero Sonia siempre intenta mantenerme segura y tranquila, y vaya si lo hace. Hoy le ha pegado una paliza para vengarse de ellos, y como tonta que soy he ido para intentar pararla, pero todo ha salido fatal. Nos han perseguido por todo Alicante. Ha llegado un momento en el que no podía más y ella me ha cogido en brazos y ha recorrido por mí lo que quedaba de camino —sonreí al recordar aquello y mi madre hizo lo mismo, pasando un brazo por mi espalda mientras la acariciaba, esa vez no lo rechacé— Y llegamos a un campo, nos dijimos lo importantes que éramos la una para la otra y simplemente empezamos a besarnos hasta que ella llegó hasta mi cuello y me hizo estas marcas, pero nada más que eso —me encogí de hombros y mi madre asintió con la cabeza.

—Vale, ya está... ¿A que no ha pasado nada, cariño? —negué con la cabeza en forma de respuesta y la abracé.

Había cambiado de opinión respecto a mi madre radicalmente. Ahora sentía que podía contárselo todo, que ella me apoyaría en todo y me comprendería tal y como Sonia hacía.

—Que sepas que me encantaría conocer a... —dejó la frase en el aire esperando a que yo la terminara.

—Sonia.

—Bueno, pues eso. Me encantaría conocer a Sonia y decirle que no se preocupe por nada, que yo apoyo vuestra relación y también recordaros que como se os olvide de invitarme a vuestra boda, porque os vais a casar, os juro que... —empezamos a reírnos y luego la abracé.

—Gracias mamá. Mañana se lo digo, a ver cuándo puede.





Light & Dark - (Albonia, Sweet California)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora