EXTRA

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Era increíble como ver mi esposo caminar por la jungla del maravilloso de Ubud, estábamos cumpliendo un año de aniversario y su regalo ha sido un viaje —pero esta vez planeado —a este paradisíaco lugar.

Miarma yo estoy casada con semejante adonis; él se voltea a verme y puedo ver como algunos mechones caen en su frente, su sonrisa que hace aparecer líneas a sus lados, sus ojos se ven más resplandeciente gracias a los pequeños rayos de sol que cae.

—No puedo creer que me haya casado contigo —reí —¡Talihd espero llegar ahora mismo a la cascada que tanto nombras! —a pasar a su lado lo empuje y seguí al chico que nos guiaba.

—Claro señorita Harrison.. Ya falta poco para llegar, sus compañeros tomaron un atajo pero llegarán después de ustedes —sonríe.

Puse los ojos en blanco y escuché un risita. ¡Pero si alguien se ha levantado de buen humor!.

—Señorita Harrison —besa mi mejilla y sigue el camino —Como seguía diciendo... Podemos posponer tu viaje a Tokio y viajar a Alemania.

—Espera —paré en seco —¿Quieres que posponga mi viaje a Tokio? Tengo que reunirme con Xung para comprar su empresa, estoy a nada de conseguir ese contrato y tú sólo quieres que posponga.

Ah no, ya salió esa venita que sobresale en su frente cada vez que digo algo que no le gusta. Pero tengo razón, no puedo sólo decirle a mi socio que mi esposo quiso un viaje inesperado a Alemania.

—Danielle, no comiences. Prometí a Liam que iríamos al bautizo de sus mellizos —nos detenemos, miramos la hermosa cascada y sonrío —Gracias Talihd, ya puedes regresar con tu familia.

El chico se despidió y quedé sola con mi esposo quien ya empezó a jorobarme. No dejaré que gane esta vez.

—Nunca tienes tiempo para estar conmigo Danielle, ¿de qué sirve tanto dinero si no lo disfrutas?.

—Vale tienes razón, pero tengo meses tratando de conseguir ese contrato con Xung y cuando por fin lo consigo me pides que viaje a otro contiene así no más.

Suspira y cuando me iba a reprimir, un chillido llamó nuestra atención. Chris había empujado a la pobre de Molly.

—¡Hola guaperas! —éste me abraza y saluda su amigo.

—Olee, ¿cómo habéis pasado vuestra luna de miel? —intenté sacar mi mejor acento español pero simplemente para nada comparado a la de mi amiga Molly —Que si me escuchara Raquel me quita la lengua por terrible imitación de su gran país España.

—Danielle fue un viaje cualquiera —sisea mi amiga —Ni siquiera nos hemos comprometidos.

—Porque tu no quieres —la abraza —Imagina tu nombre con mi apellido: Molly Delvecchio.

—Hasta puedes pasarte por italiana —reí. Por otro lado Russell rodeó su brazo en mi cintura acercandome a él —Relajate amigo, tampoco estoy diciendo que se filtre en uno de los viajes a Italia —guiñe el ojo y Molly captó.

—¡Me derrito! —volteamos y nos encontramos a Austin con su embarazada prometida.

—Oh por dios Cindy —corrí a su lado tumbando Austin —Mujer no deberías estar acá en este estado.

Ríe.

—Dani sólo tengo tres meses, apenas se nota —me abraza —Y el que necesita ayuda aquí es ese rubio que empujaste.

Cindy era adorable, Austin la conoció en la pasarela de la semana de moda New York. Era alta, una figura impresionante, morena, ojos claros y cabello oscuro; para ser de xx es bellísima.

—Ñeh —lo volví empujar cayendo al agua —Necesitas un poco de tinte rubio acá —le señalo.

—¡Llegamos! —Allison corría a mis brazo pero también la empuje cayendo junto a su hermano —Idiota, sólo quería un abrazo... Ah, hola hermanito —lo abraza.

—Su humor se levantó con el pies izquierdo Alli —ríe —¿Cierto querida?.

Ríe.

—Deja de comer tanto, te veo mas rellenita —Chris aprieta mi mejilla y se va.

—Rellenito tú.

—Hola guapa —Taylor se sienta a mi lado —Oye he visto que Russell y tú no paran de pelear —suspira —Antes te quejaba porque el chico no paraba de estar trabajando.

Sonrío al recordar aquella vez que lo ayudé con unos papeleos sólo para salir comprar helados después.

—¿A dónde fue la divertida Danielle de Inglaterra?.

—Lo sé... —suspiro con pesadez —Pero es que quiero éste contrato con Xung, Russell siempre salimos..

—Pero terminan peleando con equis estupidez —me interrumpe.

—Ok, iré a Alemania.. ¡Pero antes pasaré por ese contrato! Adelantaré mi viaje y así coincidir con el pelinegro. Aunque sigo molesta.

***

—... Vamos Molly, sólo debes orinar en la prueba.

Molly me arrastró al baño con cuatro pruebas de embarazo, tienes semanas de haberlo comprado pero no se atreve saber la verdad. Tiene retraso pero para salir del paso, tomo una prueba y lo utilizo, ella a su vez con todo el nerviosismo hace lo mismo.

—Ahora debemos pasar unos minutos y listo —sonrío —¿Que tiene de malo estar embarazada? Tienes un novio guapísimo, los dos tienen un increíble trabajo y viven juntos.

—Tú estas casada y tienes todo, ¿donde está el bebé —sisea.

Reí. Sí, tengo todo eso pero justamente ahora no me vendría bien un bebé. Pasaron los minutos y nos acercamos a las pruebas que dejamos en la mesita; nuestras caras se volvieron más blanca que una hoja. Las dos pruebas salen positivas.

—Imposible —decimos al unísono.

—Me volveré hacer la prueba —digo tomando la otra cajita.

—Igualmente.

Pasaron los minutos y volvieron salir positivo. La de Molly decía 8-9 semanas mientras que el mío decía 5-6 semanas.

—¿Qué hacen en el baño? —desde el otro lado se escuchaba la voz de Chris.

—¡Ni una sola palabra Danielle! —susurra mientras esconde las dos pruebas en sus jeans.

En la cena todos estábamos bromeando y charlando muy tranquilos, pero por mi parte me mantengo distanciada de Russell quien busca de contacto físico conmigo.

—No todos tienen que saber que estás molesta conmigo —su aliento a menta golpea mi oreja causando escalofríos.

—Me vale lo que piensen, señor Harrison.

Miro a Molly quien ya me estaba mirando ella se levanta y todos ponemos atención.

—Tengo una increíble noticia.. ¡Estoy embarazada!.

Todos aplauden y Chris la llena de besos emocionado por la noticia. Yo por mi parte me mantengo callada.

—¡Y Danielle también! —lo dice tan rápido que dejan de aplaudir y me miran.

—Te mataré... —miro a su dirección —Pues sí —vuelven aplaudir.

—Dani... —éste me llena de besos con su palma en mi vientre nada creciente.

—¡Embarazados! —me sonrió con lágrimas en los ojos.

Más Amor Que Odio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora