— Necesito llevarme a Rubén hasta el martes.
Y fue entonces cuando un extenso silencio se propagó por todo el lugar.
Rubén y yo habíamos regresado recién al estudio. Pasamos a su habitación a buscar los guiones del proyecto y le pedí que se quedara esperándome ahí, pues iría a avisar a Julián sobre la decisión de la trama, aunque tenía otros planes también.
Omitiendo cualquier muestra de educación entré sin antes pronunciarme en la oficina de Julián, lo vi concentrado tecleando algunas cosas sobre el ordenador en su escritorio, así que busqué llamar su atención con mis palabras.
— Disculpa, ¿qué? —Levantó el rostro hacia mí, después de haber permanecido callado por varios segundos. Llegué a creer incluso que me ignoraba o no había escuchado bien, pero la sonrisa forzada en su expresión indicaba otra cosa.
— Pues eso. —Aseguré, intentando permanecer tranquilo y casual— Mañana tengo una convención en Toledo, sería bueno que Rubén dejara el encierro en este lugar al menos por un día.
— A ver, Miguel. Creo que no estoy entendiendo bien las cosas, ¿quieres llevarte a Rubén y traerlo de vuelta el martes? —Giró en su silla de frente en mi dirección, ahora teniendo el ceño fruncido.
— Exacto. —Avancé hacia el escritorio, sentándome en uno de los sofás de cuero mientras continuaba observando al mayor; debía mostrarme firme.
— ¿Qué te hace creer que accederé? —Resopló evidentemente fastidiado, comenzando a masajearse las sienes.
— Escúchame, mañana no podré venir en todo el día, como te digo tengo una convención en Toledo. — Vi a Julián con intenciones de refutar, pero no se lo permití— Rubén tiene una cláusula en su contrato que lo compromete a invertir toda su disponibilidad en este proyecto, pero yo no. Sabes que tengo mis propias actividades ahora mismo, y mañana no vendré. Rubén no querrá participar en nada del proyecto si no estoy yo aquí, quizás ni de su habitación salga.
Lo último lo dije con completa confianza, quizás era exagerar un poco las cosas, pero Julián sabía que el chiquillo castaño poco menos que le tenía pánico; sólo conseguiría hacerlo actuar si yo estaba presente.
— No me gusta cuando tienes razón, me haces perder autoridad como jefe. —Le vi frotarse la barbilla en una mueca pensativa, centrando su mirada en la pantalla del ordenador donde trabajaba antes— Vale, pero deberéis comenzar a estudiar el libreto para no desaprovechar el día.
— Hablando de eso, —Coloqué frente a él sobre el escritorio aquellos dos guiones, señalando uno en específico— Rubén está de acuerdo con este, lo hemos escogido juntos.
Julián se incorporó de su cómoda posición en la silla para echar un vistazo al guion que me refería, ojeó brevemente entre las páginas, y pareció sonreír satisfecho.
— Perfecto, es una buena elección. —Rebuscó enseguida dentro del primer cajón de su escritorio, sacando un montículo de hojas más grueso que los dos guiones juntos, y lo dejó delante de mí— Aquí está el borrador del libreto final, dile a Rubén que comience a leerlo y si tienes alguna corrección que hacer, me dices el martes.
— Vale, nos vemos.
Tomé aquel grueso cuadernillo y me coloqué de pie, alzando una mano hacia Julián a modo de despedida.
(...)
— ¿Tienes alguna mochila más pequeña? —Esta vez entré sin avisar en la habitación de Rubén, causando que se sobresaltara sentado la cama.
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El Protegido (Rubelangel)
FanfictionMiguel tiene 26, es un actor porno retirado y actual modelo. Rubén tiene 18, recientemente llegó a España en busca de una mejor vida, lo que no sabía es que su pesadilla comenzaría en Madrid. Julián es director de películas pornográficas, aunque t...