02 » Contrato

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[Julián en la multimedia, es así como me lo imagino xd]

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— ¿Qué tal van las cosas aquí, hombre? —Palmeé el hombro de Julián, se le veía tal como hace dos años atrás, sólo notaba su cuerpo aún más fornido.

Julián era de estos treintañeros bien parecidos, era alto y moreno, de hombros anchos. Le gustaba vestir camisetas ceñidas que lucieran sus gruesos brazos, con pantalones de chándal deportivos y las típicas zapatillas Air Max negras. Todo un engreído.

— Como viento en popa, hemos logrado mantenernos en la cima, tal que siempre. —Aseguró con esa sonrisa sobrada, característica de él— Pero últimamente hemos querido incursionar en otras categorías fuera de las habituales, tú me entiendes.

— ¿Como cuáles? —Arqueé una ceja, no muy seguro de si seguía el hilo de su conversación.

—Bueno, no es algo del otro mundo, sólo que nosotros no lo hemos trabajado como bien tú confirmarás. —Encogió los hombros con desinterés— Queremos incursionar en las películas de temática homosexual, es algo que con el pasar de los años va tomando más fuerza y público.

Fruncí inconscientemente el ceño, la agencia efectivamente nunca había desarrollado proyectos homosexuales; por suerte nunca me tocó trabajar con hombres y tampoco llegué a enterarme de que existieran elencos de esa clasificación.

Admito haberme sentido ligeramente incómodo con la revelación de Julián, ¿pero qué tan diferente podía ser un proyecto homosexual? Intenté permanecer lo más profesional en mi mente, mi parte del contrato es únicamente como consultor después de todo.

— Vale, así que una película de pornografía homosexual. — Susurré a modo de confirmación, no puedo negar que siento curiosidad por cómo se elabora algo así.

Julián y yo caminábamos por uno de los pasillos de la productora que conducían hacia su despacho, ahí trataríamos a profundidad sobre la colaboración y el contrato.

Ingresó primero por las anchas puertas de su oficina, y una vez entré detrás de él, me encargué de cerrar las mismas.

— Ponte cómodo, chaval. —Autorizó con familiaridad, señalando uno de aquellos sillones de cuero blanco que se hallaban delante de su escritorio de caoba negra.

No lo dudé y enseguida me dejé caer holgazanamente sobre el reconfortante mueble, cruzando un tobillo sobre la rodilla.

— Aquí tienes el contrato, léelo con toda la tranquilidad que quieras. Te aseguro que sólo consta de colaboración y opinión sobre el proyecto. —Se cruzó de brazos sobre la mesa, inclinándose hacia adelante mientras yo deslizaba el contrato con la intención de acercarlo a mi lado.

Me quedé observando la primera plana de aquellas hojas, dudando de si leerlo o no.

Seré sincero y diré que Elena era quién se da el tiempo de leer estas mierdas, quizás debería haberle comentado sobre el proyecto y traerla conmigo. Mhm.

Por otro lado, es Julián con quién haré negocios. ¿Qué tan turbio puede ser su trabajo como para tener que desconfiar y leer las cláusulas del contrato? No creo que sea algo del otro mundo, seguramente dice lo típico sobre sanciones en caso de incumplimiento, y más información aburrida.

Aun así me di tiempo de hojear entre las páginas, fingiendo que realmente prestaba atención a leer los párrafos. No, y no. Solamente inspeccioné con la mirada fugazmente entre líneas, buscando cifras.

El Protegido (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora