El Protegido (Rubelangel)

01 » Propuesta

[Me gusta Mangel con este cabello, no con el peinado caído mamón que ahora se hace :v Mangel te amo(?)]

ˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇˇ  

— Elena, Elena, escucha. El proyecto está bien y todo lo que quieras, pero en serio no iré al set un día domingo. —Me detuve mientras resoplaba, dándole tiempo a mi testaruda manager para que continuara rebatiendo y rebatiendo mi decisión— Sí, sí, te entiendo. Pero las cosas son así, o logras negociar el cambio de día para la sesión de fotos o simplemente el proyecto se rechaza, ¿vale? Hablamos al rato.

No me gustaba ser desagradable con Elena, era mi amiga después de todo, pero en verdad no me gustaba cuando las fechas se interponían en mi fin de semana. Vamos, ¿a quién le gustaría trabajar un domingo? Correcto, a nadie.

Después de haberle colgado groseramente la llamada a mi manager, dejé que mi mano cayera a causa de la gravedad desde mi oreja donde sostenía el móvil hasta el sofá. Volví a resoplar, me dejaba mal sabor de boca estar en estos términos con Elena, pero confío en que podrá solucionar el día de la toma de fotos.

Dejé el móvil ahí mismo en el sofá, antes de impulsarme y erguir mi perezoso cuerpo que segundos atrás se hallaba desparramado sobre la misma superficie.

Venga, es hora de ser productivo.

Estiré los brazos por detrás de mi cabeza mientras caminaba hacia la habitación, sin embargo, un sonido proveniente del móvil detuvo mis pasos. Quizás Elena ya tenía una respuesta para mí.

Interesado, regresé hasta el mueble donde el objeto permanecía con la pantalla iluminada. Me acuclillé a un lado mientras tomaba el móvil, comprobando que aquel sonido había sido un mail recién recibido. Un mail de parte de Julián.

¿Julián?

Alcé una ceja con confusión, ¿qué hacía mi antiguo director enviándome un mail? Hacía años que dejé de trabajar para él, y desde entonces no habíamos tenido contacto.

Le resté importancia, por lo cual el móvil volvió a caer abandonado en el sofá.

Definitivamente no tenía tiempo para tonterías de Julián, me encontraba mucho más interesado en ir a tomar un relajante baño.

(...)

— Entonces el martes voy al estudio después de la reunión con el representante de Hugo Boss, sí. Gracias en verdad por haber cambiado la fecha, sabes que no soy devoto de trabajar los fines de semana. —Me encogí de hombros a pesar de que Elena no pudiese verlo, me sentía más tranquilo de que su voz en estos momentos se encontrara normal, y no estuviera gritándome por haberle cortado la llamada el otro día— Sí, llego por mi cuenta a la reunión y después nos vamos a lo de las fotos. —Acordamos, y aproveché de volada que ella hablaba ahora, para tomar mi abrigo y las llaves del departamento— Vale, vale, sí. Nos vemos.

Colgué, ya tenía planificado el comienzo de mi siguiente semana, pero hoy era viernes, y según la hora, iniciaba por fin mi fin de semana libre de ocupaciones.

Me acomodé el abrigo sobre los hombros, tanteando para comprobar que efectivamente llevaba la cartera, y salí del lugar.

Cuando por fin estuve en las calles de Madrid, observé hacia ambos lados antes de cruzar la calzada. El día estaba un poco helado, por lo que me acomodé el cuello del abrigo hacia arriba y la bufanda igualmente.