CAPÍTULO SIETE
Keera mantuvo sus ojos bien abiertos, observando a la playa. Sentía un agudo dolor subiendo desde su estómago, guardando espacio en su garganta. Sus manos sudaban, su corazón latía con apuro. Necesitaba el apoyo de su familia, el apoyo de alguien sano que pudiera cambiar sus pensamientos.
No podía creer lo que había sucedido hacia minutos. Su cuerpo emitía unas pequeñas sacudidas a causa de la muerte de su salvadora. Su cabeza tenía miles de preguntas. ¿Por qué demonios alguien quería salvarla a ella? Los tributos estaban destinados a asesinarse entre sí, no para salvarse la vida. Era algo desquiciado e ilógico. El plan de Haymitch Abernathy había significado salvar a Katniss, no a Keera Pevensee.
Sentía como las lágrimas caían de sus ojos, estaba angustiada y no podía hacer nada para quitar ese sentimiento.—¿Estás bien?— preguntó Peeta sentándose a su lado. Él rubio se encontraba recuperado, pero unas ojeras profundas se marcaban por debajo de sus párpados. Keera lo miró por unos segundos, sin gesticular ninguna palabra, ni hacer ningún movimiento.
—Me siento como la mierda.— confesó tras unos segundos.—Pero estaré bien.
—¿Lo crees?—él cuestionó, con una sonrisa amable. Peeta tenía algo en su mirada que hacía querer contar cada uno de sus pecados o inquietudes, no sabía qué veía en él.— ¿Qué estarás bien?
La chica tragó. Realmente no lo creía. Después de Los Juegos del Hambre nunca nadie iba a estar bien, menos ella... Y si lograba salir viva, tal vez tampoco lo estaría. Había afrontado situaciones en su vida, que poco a poco la rompían por dentro, destrozando su alma y que le enseñaban a ser fuerte. Pero no lo era del todo. A veces, Keera no podía encontrar el balance correcto; no podía encontrar el balance de ser inmune a todo. Las piezas dentro suyo podían unirse, quizás reforzarse, pero siempre podrían romperse como lo habían hecho una vez.
—¿Qué pasará con Katniss?— evitó responder la pregunta.— Sólo uno saldrá con vida.
Él chico tardó un rato en responder, ambas miradas estaban en el cielo. El tono naranja que lo ocupaba.
—Estoy enamorado de ella. Sólo quiero que Katniss sobreviva, y si el precio que debo pagar es caro, lo haré. Ella tiene gente a la que verdaderamente le importa, yo no la tengo.
La muchacha observó al suelo, entendiendo que quizás su amor no era una farsa como creía. Tal vez dentro de ambos muchachos, albergaba algo tan fuerte como el amor que podían darse. Keera podía ver como los ojos del rubio siempre miraban a la chica del doce, su mirada nunca se despegaba de ella. A pesar de eso, Peeta Mellark parecía nostálgico.
—¿Crees que todo esto podrá salir bien?—Peeta frunció su ceño ante las palabras de Keera. Luego recordó que él quizás no estaba enterado de todo el plan en las sombras.— Olvídalo.
La chica vio como Finnick cazaba peces con su tridente, hundiéndolo en el agua y luego sacando la carne blanca fresca. Katniss se acercaba a ambos tributos con un rostro serío, así que agarró su katana y se movió por la playa, con la arena debajo. No quería estar presente cuando los trágicos amantes hablasen de todos sus sentimientos encontrados.
Reprimió el asco cuando avanzó por la costa. Siempre había tenido cierto repelo con la arena y con el mar. Al pisar y tocar la tierra amarillenta, sentía asco de ésta. Sin embargo, a Finnick le gustaba, era obvio. Él rubio se movía por la playa como un depredador, para luego cazar animales acuáticos con su arma.—¿Estás disfrutando del espectáculo?— preguntó él, sin mirarla. Keera contuvo una carcajada.
—¿Cuál? ¿Este? Admito que prefiero verte sin ropa.— Finnick ahora levantó su cabeza, mirándola con una gran sonrisa con doble sentido. Luego la castaña negó.— He pensado que te serviría un poco mi ayuda. Preferí dejar a los enamorados sólos. Yo quiero pensar.
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Hurricane ✓ ⋆ Finnick Odair
FanfictionKeera Pevensee no quería ser parte de la revolución, así como tampoco deseaba seguir los honorables pasos que hacían los héroes y perder su vida en una batalla por su pueblo. Entonces, ¿Cómo había acabado allí? astrolupin ©2017 cover by @be...