15. Semana Dos: Tú, yo y nadie más.

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La resaca de la noche anterior había llegado más temprano de lo esperado, así que el sol de las seis de la mañana no era la clase de recibimiento que anhelaba. Las sabanas estaban enrolladas en una esquina de la cama y ni que decir de su ropa. Era tan triste saber que el ambiente describía una alocada noche y no se acordaba de nada.

Taemin, inútilmente, buscaba en su mesa de noche algún tipo de medicina que pudiera detener su dolorosa migraña. Buscaba y buscaba pero con sus ojos medio abiertos y su mano estirándose hasta lo más profundo del cajón nunca llegaría a encontrar algo. Las cortinas estaban abiertas de par en par y la puerta estaba en las mismas condiciones. Pero antes de abrir los ojos como un maniático por pensar en la asquerosa imagen que se llevaría Yun Min, cayó en cuenta que ella estaba en casa de Key.

Amaneció boca abajo, con su mejilla derecha nadando en su propia saliva y completamente desnudo. Solo cuando su vecina lo llamó desde su ventana, preguntándole con cierto tono burlón como había sido su reconciliación con Minho, sabía que cualquiera los podía ver con los traseros al aire, como ella. Su primer testigo.

Se limpió el rostro y rápidamente cubrió con su camiseta el trasero de Minho queriendo callar las risas picaronas de la mujer. Las "amigas" de Minho estaban como un tomate y aun así seguía roncando y hablando dormido. ¡Sus nalgas estaban quemados en carne viva!

Sin embargo, ese color y esa forma que tanto enloquecían a Taemin fueron las causantes que tuviera ganas de pecar, sin importar que su vecina siguiera viéndolos desnudos. Las nalgas del moreno le decían con insistencia ¡Muérdenos, Taemin, Muérdenos!.

Así que hizo caso a la petición de ellas.

-¡Auch! ¡¡Taemin!! ¡¿Qué fue eso?!

-Necesitaba despertarte.-se apoyó en sus codos, mirando con curiosidad las marcas rojizas en los pezones y el pecho del mayor.- para que cerraras las cortinas.

Minho se restregó los ojos, cayendo también en las redes de los dolores de cabeza y los mareos.

-¿Por qué?

-La vecina nos está viendo.

Fue en ese momento en el que Taemin disfrutó del pánico de Minho y como torpemente cerraba las cortinas sin calzones que lo cubrieran. Gran trabajo, Choi.

Las risas no se hicieron esperar cuando la vecina gritó indignada por no ver un poco más. Minho volvió a acostarse y sin importar qué, se acurrucó al lado del menudo cuerpo del menor. Taemin entraba dentro de dos horas así que podían dormir un poco más. El por su parte no se preocupaba de nada. Ni tenia trabajo.

La pierna de Minho pasó por el vientre de Taemin, moviéndose peligrosamente hacia abajo.

-¡Basta! Tengo que alistarme para ir a trabajar.-miró con advertencia al mayor.

-No te vas a demorar dos horas en llegar.-musitó gravemente al tiempo de acercarse a Taemin un poco más.

-Pero tampoco un minuto.-apartó su pierna y dio un pequeño beso a su mejilla.-Me iré a bañar.

-Te acompaño.-se incorporó pero de nuevo Taemin interrumpió sus calientes ideas.

-¡No! Harás que me demore y no debo llegar tarde. La sesión de hoy es muy exigente.-fue el armario a sacar alguna camisa y un pantalón.

-Entonces te iré a ayudar.

Taemin sabía que ya llevaba bastante tiempo pidiéndole a su jefe otros días más para estar al tanto de la recuperación de Yun Min, pero él era consiente que estaba muy bien y no necesitaba estar encima de ella cuidando cada paso que daba. Lo único que le inquietaba era la presencia de Minho en su trabajo. Sus conocidos sabían de su complicada vida amorosa y sentía que su visita a su trabajo no sería tan bien recibida. Tenía que detenerlo si no quería problemas con sus compañeros y su jefe como los tuvo con Key.

One More Time -2min- FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora