—¿Has estado bien? —inquirió Youngjae, acomodando un par de cabellos que habían ido a parar a la frente de su amante.
—Sí —mintió. Justo en aquel momento su rodilla comenzaba a palpitar y su cuerpo se sintió pesado a causa del entrenamiento —, lo estoy. Lamento no haberte esperado en la biblioteca.
El menor se encogió de hombros como si nada.
—No contaba con que Gyeom se quedaría conmigo hoy, creí que te irías al verlo, pero aquí estás.
—Debió ser difícil engañar a tu mejor amigo —habló Jaebum, notando la culpa sobre el otro.
—Lo es —torció su gesto y miró hacia otro lugar—, pero procuraré no mentirle por mucho tiempo, no quiero que se me salga todo de las manos y él no quiera volver a saber nada de mí.
Jaebum se tensó al oírlo, era peligroso que alguien más supiera lo de ellos y más ese chico...
—¿Te molestaría que Yugyeom se enterara de... lo nuestro? —aquella pregunta congeló los pensamientos en curso de Jaebum.
Lo nuestro.
Miró a Youngjae a los ojos hallando sus preocupaciones, ¿cómo podría decir no a esos bellos ojos? Negó con la cabeza, si el menor confiaba en ese rubio estúpido, él debía aceptarlo.
—No me molesta, busca el momento apropiado para hablar con él, aunque... estoy seguro que tu amigo me aborrece.
Youngjae soltó una cantarina carcajada que hizo que el moreno se quedara viéndolo impresionado. Podría ser una simple carcajada, pero para él, aquel sonido había sido hermoso.
—Vamos, a ti tampoco te agrada Gyeom, lo sé.
Las orejas de Jaebum se tornaron rojas al instante, no era un gran paso que la persona que te gustaba se enterara de lo mucho que odiabas a alguien que adoraba tanto. Debía arreglar eso fuera como fuese.
—N-no es así —dijo con torpeza. El castaño continuó riéndose y negando una mano.
—No importa, Yugyeom no tiene que agradarte si así lo quieres —Jaebum lo miró apenado y asintió—. ¡Oh! —Youngjae abrió con rapidez su maleta y sacó un par de helados que comenzaban a derretirse—. ¡Agh! Debí tenerlos a la mano para no olvidarlos.
Jaebum tomó ambos helados y los destapó con cuidado para que el menor no se ensuciara. Youngjae tomó el suyo y miró con expectativa al mayor, que se había quedado con la vista fija en el helado que tenía en su mano.
—¿Qué sucede, no te gusta?
—Es mi favorito —explicó mirando con fascinación la crema que iba derritiéndose—. Jackson suele darme uno cada que puede, aunque son muy pocas las veces que él sal... —enmudeció al caer en cuenta de lo que estaba diciendo. Posó su mirada asustada en el rostro de Youngjae, el menor tenía el ceño fruncido, dejando ver lo celoso que estaba por un par de tontas palabras que él debía aclarar sin saber por qué—. Jackson es... mi hermano.
Las inseguras palabras de Jaebum pusieron en duda a Youngjae por un momento, hasta que dejó de darle importancia.
—Oh... tienes hermanos —aseveró, comenzando a comer su helado y dejando ir lejos los celos al tan sólo observar los brillantes ojos de Jaebum al comer el suyo, que sólo asintió evitando profundizar en su mentira.
Youngjae, sin parar de degustar el helado sacó de la maleta los audífonos de su móvil, luchando con el desesperante enredijo que habían formado. El mayor al darse cuenta de su lucha, le ayudó y en un par de segundos los audífonos estaban libres y siendo conectados por Youngjae a su teléfono. El audífono izquierdo fue ubicado en el oído del mayor, haciendo que se sintiera extrañamente diferente, él no acostumbraba a escuchar música, o mejor, le tenían prohibido hacerlo.
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Mörder
Fanfiction"Al estar listo para marcharse miró la hora, percatándose de que contaba con treinta minutos para llegar a tiempo a la universidad. Su maestro era estricto con el tiempo, le gustaba comenzar la clase a las ocho en punto. Tomó de nuevo la chaqueta qu...