Diferentes sonidos se entremezclaban, algunos eran de voces que escuchaba a lo lejos y que no podía comprender, otros pertenecían a máquinas recordándole el sonido del hospital cuando solía ir a visitar a Yugyeom, también creyó escuchar el sonido de las bocinas cuando habían embotellamientos en las vías principales de la ciudad. Se preguntó qué sucedía y dónde estaba, no tenía frío, no le dolía nada, ¿estaba en cielo? Si era así, ¿por qué se sentía tan real?. Su miedo no había desaparecido y quería tanto estar con Jaebum que le entraron ganas de llorar desconsoladamente, ¿entonces estaba en el infierno siendo cruelmente castigado?
—¿Youngjae? —una dulce voz femenina le llamó—. ¿Me escuchas? ¿Puedes moverte?
El desespero embargó al menor, sí que la escuchaba, él se estaba moviendo, estaba intentando hablar pero al parecer no lograba que le vieran o escucharan.
—Youngjae, abre los ojos, por favor —insistió la chica. El menor continuó intentando hacer lo que ella le pedía pero al parecer no estaba funcionando, su cuerpo no le respondía. Unos fuertes sollozos comenzaron a escucharse a su alrededor, haciéndole preguntar si realmente estaba muriendo y por ello el cuerpo no aceptaba sus órdenes, sin enterarse de que aquel llanto le pertenecía—. Oh, por Dios, deja de llorar, voy a llamar al médico.
Los sollozos continuaron allí, eran tan fuertes que creaban un enorme caos en él, ¿a quién pertenecían? Continuó preguntándose hasta que lentamente una luz blanca le deslumbró, definitivamente ese era su fin.
—¿Youngjae, me escuchas? —un sombra se interpuso entre la luz que lo estaba jalando—, debes tranquilizarte, despierta lentamente —pidió el hombre que le estaba hablando. La luz que se creó pasó a tener diferentes colores y un cuerpo borroso se formó.
—¡Abrió los ojos! —chilló la chica, apareciendo frente a él aún difusa.
Youngjae intentó enfocarle mejor, preguntándose lo que realmente estaba sucediendo. De repente, le entró la enorme necesidad de tener a Jaebum a su lado, y al pensar en aquello, los sollozos se incrementaron. El doctor que lo revisaba le pidió que se calmara hasta que cayó en cuenta de que la persona que lloraba era él.
Sus ojos al fin enfocaron al hombre que le hablaba, se veía bastante mayor y su cabello estaba completamente blanco, como su bata.
—¿Ahora me ves? —el hombre le sonrió y Youngjae asintió sin poder controlar sus sollozos, antes lloraba porque tenía miedo de haber muerto, ahora lo hacía porque estaba vivo y quería que Jaebum lo acompañara, sin embargo, él no estaba allí, a su lado sólo se encontraba el doctor, una enfermera y una hermosa chica que no le quitaba la mirada de encima.
—¿Nos ves? —insistió la mujer.
—S-sí —hipeó Youngjae.
—¿Puedes mover los dedos? —preguntó el doctor y Youngjae avergonzado hizo aquello y todo lo que el médico le pidió por unos largos veinte minutos. La única orden que no atendió fue dejar de llorar, aquello no pudo evitarlo.
—Estás bien, ¿por qué sigues llorando? —preguntó el doctor riéndose.
Youngjae intentó responder pero terminó llorando mucho más.
—Voy a dejar que tu novia te consienta y tranquilice, llama a la enfermera si necesitas algo —el doctor le acarició la cabeza y se marchó.
—E-ella n-no —balbuceó sintiéndose intimidado al tener la mirada de esa chica sobre él.
—Deja de llorar —jadeó la chica haciendo un puchero.
—¿Q-quién e-eres? —sollozó intentando limpiarse las lágrimas a pesar de lo pesado que se sentía su cuerpo, nada le dolía, tal vez era por la medicina, pero aún se sentía cansado.
ESTÁS LEYENDO
Mörder
Fanfiction"Al estar listo para marcharse miró la hora, percatándose de que contaba con treinta minutos para llegar a tiempo a la universidad. Su maestro era estricto con el tiempo, le gustaba comenzar la clase a las ocho en punto. Tomó de nuevo la chaqueta qu...