"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de las manos de mi Padre."
Juan 10:27-29Lee Juan 10
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Estaba en el estudio Bíblico el jueves pasado, y en medio de todo lo que hablamos nuestra pastora nos pidió hincarnos a orar presentándole a Dios algunas cosas sobre el ministerio.
Mientras estaba orando, un carro con música súper alta pasó y duró unos segundos parado al lado de donde nos reunimos, yo conocía la música que estaba tocando (no cristiana) y eso me desconcertó, no porque quise cantarla ni nada, sino por la bulla que estaba haciendo y lo difícil que se me estaba haciendo organizar mis pensamientos para orar.Entonces lo que hice fue pedirle a Dios que alejara la música:
-Dios, por favor, haz que el carro se vaya o que se les dañen las bocinas o algo, porque estamos tratando de orar y esto nos está interrumpiendo.- le dije al Señor.Y justo ahí El Señor me hizo entender algo,
era como que podía escucharle decir:
-Fanny, en el mundo igual vas a tener muchas cosas que te querrán distraer, por eso debes aprender a afinar tu oído para escuchar Mi Voz.Eso para mí fue muy significante por el hecho de que muchas veces me pasa (me imagino que a ti también) que yo de verdad quiero escuchar a Dios y servirle pero llegan cosas que me distraen de Su propósito y voces que me confunden y me alejan de Él. Por eso es que debo aprender a escucharlo en el silencio.
Debo de pasar tiempo con Él no solo hablando y pidiéndole cosas sino escuchándole también, de modo que yo esté tan acostumbrada a escuchar Su voz, que yo pueda diferenciarla cuando venga el ruido del mundo a querer desconcertarme.Te cuento esto porque sé que a muchos nos pasa.
Hablamos y hablamos con Dios, pero nunca nos detenemos a escucharlo a Él.
Decimos que conversamos con Dios, pero en verdad solo hablamos nosotros y terminamos con un "amen" sin siquiera pararnos a escuchar lo que Él nos quiere decir.
Entonces viene satanas con sus artimañas y voces que nos confunden y nos hacen caer y después preguntamos el por qué no lo vimos antes.Caemos porque aunque Dios nos esté diciendo la forma de salir de la tentación o trampa del enemigo, no podemos diferenciar Su voz por el simple hecho de que no la conocemos.
Así que te quiero invitar hoy a que, así como yo, trates de afinar tus oídos a escuchar la voz de Dios.
Pasa tiempo con Él.
Lee su palabra.
Habla, pero déjalo hablar a Él también.
Al fin y al cabo, somos nosotros que Le necesitamos a Él y no Él a nosotros, pero aún así nos quiere, así que debemos de agradecer y aprovechar esa oportunidad.En medio del caos y de la bulla del mundo, afina tu oído a escuchar la voz de Dios.
Dios te bendiga love❤️👋🏽
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Mi tiempo con Dios ©
SpiritualCada día es un regalo de Dios. Los planes que El Señor tiene para ti son más de los que te puedes imaginar, pero para poder conocer y seguir sus planes tienes que conocerlo y seguirlo a Él, y para conocerlo y seguirlo a Él hay varies formas, una de...