Estoy yendo lo más rápido posible a la clínica donde Helena estaba dando a luz, al llegar encuentro a mi suegra en el pasillo de la clínica, ella me ve y me abraza muy feliz... ya que su hija iba a dar a luz a una bella bebita. Pasaron como 2 horas para que el doctor nos diga que el parto fue exitoso y que Diana había nacido sanita, le dije al doctor si podía ver a Diana, pero me dijo que la habían llevado a la incubadora con los demás bebés.
Estaba muy feliz porque ahora era papá y sería el mejor padre del mundo como mi mamá y papá hubieran querido... sé que ellos me están mirando desde el cielo muy orgullosos, le dije al doctor si podía ver a Helena y él me dijo que no podía, porque luego de dar a luz a la bebita, Helena se había quedado dormida del cansancio.
Así fue que Helena se quedó en la clínica unos cuantos días, luego de eso regresó a la casa con Diana, sentíamos que nuestra bebita daba color a nuestra casa, todas las noches siempre nos despertaba con sus llantos y es que aunque eso pasara, ella era una bendición para nosotros.
5 años después...
Ya han pasado 5 años y Diana ha crecido mucho, aún me acuerdo cuando fuimos a sus primeros chequeos y su pie era muy chiquitito, su primera palabra de Diana fue mamá, era muy molesta cuando le salió sus primeros dientes y es que quería morder todo. Ahora Diana va al jardín y es la primera de su clase, es que es muy inteligente y muy persistente... No se rinde tan fácil.
Ha Diana le habíamos hablado sobre Caraz, donde había una colorida pradera por las flores qué tanto le gustaba ir a mamá y que por sus buenas calificaciones la íbamos a llevar hoy día hacía allá. Empezamos a alistar maletas para el viaje, Diana estaba muy emocionada por ir, se le notaba en su tierna sonrisa qué reflejaba paz. Todos estábamos listos para irnos, así que cerramos bien la casa y nos fuimos rumbo a Caraz.
Al llegar a Caraz, no perdimos el tiempo y fuimos de inmediato hacia la pradera colorida, cuando llegamos al lugar Diana estaba muy sorprendida por lo hermoso que era, se emocionó tanto que empezó a correr por toda la pradera, Helena y yo nos sentamos y empezamos a recordar la pedida de mano que le hice en este lugar, es que gracias a ella he vuelto a ser feliz, luego de que perdí a papá y a mamá nunca pensé recuperarme, pero conocí a Helena, que sabiendo que yo era un caos, ella aún así me quiso y gracias a ella tengo una maravillosa hija que cada día me da motivos por la cual vivir... Y es que tiene mucha razón esa frase que dice:
« todo puede cambiar en un día »
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Todo puede cambiar en un día
Teen FictionEsta historia nos relata la vida de Esteban Martínez, que poco a poco fue superando la pérdida de sus padres a tan temprana edad. Espero les sea de su agrado.