Enamorada de un asesino → Park Jimin▪BTS▪ 2º Temporada

018

~ Narras tu ~

No fui a la escuela en toda la semana, no podía. Me torturaba a mí misma, hasta era capaz de arrancar mi propio cabello cuando mis amigos venían después de la escuela a ver películas y pasar el rato.
Jungkook no me había hablado, el venía a mi casa con una sonrisa fingida. No sabía en que lo había convertido, no podía estar con el cómo solíamos estar antes, no era... no era yo misma. Prácticamente era como una asesina que dejó al hombre que amaba tomar toda la culpa de hace un mes. Sólo pasé un mes junto a Jimin, parecía como una eternidad.
Miré por la ventana de mi habitación y vi el horizonte, algo que mis ojos no merecían ver, algo que él no podría disfrutar conmigo, no sabía que me estaba preparando mi futuro, no podía vivir así más. Recargué mi cabeza contra mi ventana.
¡Vamos _______! Ni siquiera ha pasado un mes. Suspiré, en verdad necesitaba ver a Jimin... pronto.

~ Narra Jimin ~

Pensaba en mi vida, después en mi vida, luego en mi vida, luego en... ¿amor?
Sacudí mi cabeza, no podía hacer otra cosa más que pensar en _______. ¿Qué estaría haciendo? ¿Con quién estará?
Me tallé mis ojos con mis manos, tenía que encontrar una manera para... De repente la puerta del pasillo se abrió, salté por el ruido, estaba todo en silencio pero ese ruido de la puerta era muy molesto. Hae estaba molesto entonces, escuché los pasos acercarse, diferente sonido, entonces no, no era Hae.

~ Narra Hae ~

Salí de la oficina del superior, Kim Jun Seok, suspiré. Caminé hacia la sala listo para ver a Jimin. No le mentiría a ese chico, lo iba a ayudar, ayudarlo a ser un mejor hombre, como una vez hicieron con migo.
Me estaba obsesionado con el caso de Jimin, y más ahora que sabía la verdad. Si no hubiera sido por la ayuda de Kim para darme más tiempo, no sé cómo hubiera podido ayudarlo, Seok me conocía muy bien, él no me ayudaría sin razón alguna. Ni siquiera me preguntó razones.
Caminé hacia la cafetería, iría por dos cafés y algo de pan, después me dirigí hacia la celda de Jimin, no tenía tanto tiempo para hablar con el detalladamente, tenía más trabajo.
Entré al edificio hacia su celda, después llegué la puerta, puse los cafés y el pan en una mesa y abrí la puerta, de repente escuché algo dentro, alguien estaba en el pasillo, entré y abrí. Para mi asombro, era Jin Woo, tenía ambas manos en sus bolsillos mientras se recargaba hacia atrás, escuchando y gritándole a Jimin.

- ¿Qué estás haciendo aquí Ji Woo?.- pregunté. Ji Woo me miró sorprendido levantando sus cejas.
- Este chico está loco ¿Para qué lo has estado utilizando?.- preguntó. Estaba bromeando, hmm.
- Me está dando información sobre mi objetivo. Algo que no se te asignó a tú ni es de tu importancia. Y te voy a estar vigilando Ji Woo, podría parecer sospechoso de cualquier otro punto de vista.- le advertí, se quedó un poco inmóvil y se alejó de Jimin.
- ¿Sospechoso eh?.- Me regresó mis palabras.

Había algo que estaba pasando entre un criminal y el, nadie me había dicho nada, solamente lo sabía. Woo dedicó una última mirada a Jimin y se fue, la puerta se cerró y me acerqué a él.

- ¿Qué le dijiste?.- le pregunté a Jimin, era obvio que buscaba respuestas.
- Nada, solo que...- suspiró molesto y cubrió su rostro con sus manos.
- hmm, tengo mis sospechas de él.- le dije.- No te preocupes, Ji Woo no nos descubrirá.

Traté de calmarlo, podía ver su expresión en su rostro, sonreí y salí del pasillo para ir por la comida, entré y abrí su celda.
Confiaba en que él era lo suficientemente inteligente para no causar una escena, entré y le da el pan y el café. Me recargué contra la pared y tomé un trago a mi café, Jimin miraba la comida y tomó un trago también, era interesante ver que cada vez confiaba más en mí, y más y más. Me recordaba a mí mismo. Vi como mordía el pan.

- Bueno... sobre mi vida...- miré mi reloj .- aún tengo tiempo para contarte.

Me senté recargado contra la pared mientras él me veía.

- Pareces ser bueno leyendo la mente.- le dije. Jimin se encogió de hombros.- Dime, ¿Qué podrías decir de mí?.- le pregunté, el solo pensó en silencio.
- Que... eres confuso. Nada de lo que sé de tú concuerda.- admitió honestamente. Sonreí.
- Tal vez no desde que... yo fui como tú alguna vez.