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La oscuridad reinaba en su habitación, podía escuchar las súplicas de sus "padres", de sus "abuelos", de todo el mundo literalmente... pero no iba a salir de allí hasta que despertara de aquella pesadilla. Las lágrimas volvieron a sus ojos, no se contuvo para nada. Gritó y sollozo cuanto quería, a lo mejor, así le dejaban sólo de una buena vez...

¿Cuánto tiempo llevaba de esa manera? Casi no lo recordaba; pero a juzgar por la preocupación de los demás ha de ser desde hace tiempo. ¿Como había llegado a esto? Él era alguien alegre, normalmente ignoraba los problemas y hacía feliz a la gente que le rodeaba, entonces lo recordó...

El porque de su estado...
El porque de sus lágrimas
El porque de sus heridas
El porque de sus llantos
El porque de su dolor
El porque de su soledad...

Él ya no estaba...
Sealand ya no existía...
Peter Kirkland no existía...

Ya nada le importaba, ni siquiera estaba preocupado por su mascota o de lo que sucedía fuera de su cuarto. Había escuchado de que habían entrado en una guerra, nuevamente, la Tercera Guerra Mundial, en donde para su "suerte", Chile y Argentina estaban aliados. Pero no había caso, no le importaba nada si su novio ya no estaba allí... tembló tratando de dejar de llorar pero como siempre era inútil...

¡Así era él! ¡Un inútil! No pudo proteger lo que más amaba en el mundo, aunque no llevaran tanto tiempo juntos, amaba a ese chico... ¿Por qué tenía que desaparecer? ¿Acaso no pudo haber pasado como con Prusia? Claro, pero Peter se lo tenía callado... si hubiera sabido antes hubiera buscado una manera de que no se fuera al otro mundo...

-Carlitos, vení .. salí un rato...-escucho la voz de Martín al otro lado de la puerta

Se hizo bolita en su cama, se tapó hasta la cabeza y siguió con lo suyo. El mundo podía estar en guerra, pero él estaba en guerra consigo mismo...

-Oye, Hungría e Italia vinieron a cocinarte lo que te gusta-dijo Manuel golpeando suavemente la puerta

-Manu, lleva un mes sin salir...-murmuró el argentino pero aún así lo escucho

Así que llevaba un mes ¿Grandioso no? Sin comer, sin beber, sin hablar... sólo llorando en silencio y entre gritos, era una nación no iba a morir si dejaba de comer. Pero aún así sentía su estómago rugir por comida, pero se negó, sólo era una mera molestia para sus padres. Muerto estaba mejor además así podría ver a su novio...

-Nene... estamos todos preocupados por vos... déjame verte...

-Carli... sólo queremos que estés bien...

-¡Estaré bien si me dejan sólo! ¡¿No entienden?! ¡Déjenme sólo, no quiero hablar ni ver a nadie, quiero estar sólo!

Gritó con fuerza, detrás de  puerta los latinos se miraban impresionados. El castaño solto un suspiro tomando del brazo al rubio para sacarlo de allí y dejar al menor tranquilo, tenían trabajo que hacer, estaban en plena guerra. Demasiadas cosas que pensar y hacer al mismo tiempo,

-Manu, ¿Estas bien, Che?-pregunto Martín cuando estuvieron devuelta en el cuartel de su alianza

Alianza en la cual también estaba Alfred, aunque hubiese sido culpa del jefe del gringo que la guerra volvió.

Nuestro... ¿Secreto? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora