🔚Epílogo🔚

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Casi diez años desde que oficialmente Sealand se volvió parte de Tierra de Fuego, tomando como "territorio" una de sus tantas Islas al sur, puesto que le gustaba el frío. Y estaba acostumbrado a eso, por el norte de Europa donde vivía normalmente hasta que decidió irse con su novio

Finlandia y Suecia se negaron un poco al principio, por los problemas que tenían ambos países del cono sur (Chile y Argentina) y los problemas que podía tener la Isla, pero al enterarse de lo sucedido simplemente le dejaron ir...

Casi diez años desde la tercera guerra mundial, en donde al fin se había firmado el tratado de paz mundial. Las armas dejaron de fabricarse al instante, se supone que era la paz y por ello toda arma fue prohibida. Incluso los crímenes en las calles habían disminuido considerablemente a nivel mundial...

Y... habían pasado casi casi diez años desde que Martin término con Manuel...

Para el castaño chileno favorito de los rubios, todo había pasado muy rápido... De la nada había aparecido quien era su 'ex-temporal' gritándole un montón de cosas hirientes que incluso al brasileño, que no había tenido tiempo de irse a otra habitación, le habían dolido... Y sin más terminaron

Martin sintió un gran peso irse de sus hombros después de desahogarse, pero también tenía el pequeño sentimiento de culpa al ver esos ojos chocolate que tanto amaba llorando... Y por su culpa Manuel se aferro a lo poco y nada que le quedaba

Su hijo inconsciente en el hospital y Alfred F. Jones... El estadounidense sin saber bien que hacer término por llevarse al castaño hacia la Casa Blanca, al menos durante el tiempo que los jefes de este se lo permitieron para que estuviera mejor. El mundo se había vuelto a dividir, estaban los que tenían pena por el chileno y le recalcaban al argentino que era una basura y los que apoyaban a Martin en su decisión

Carlitos sólo podía suspirar cuando llegaba la hora de una junta, fuera mundial o una entre los latinos. Tenía que soportar a sus "padres" pelearse y tenia que dividirse para que ninguno de los dos se sintiera mal, pero había algo en el estadounidense que le hacía sentirse seguro... demasiado.

Ahora, Carlitos estaba sentado sobre las piernas de su novio besando su mejilla, el resto de micronaciones hablaban entre ellas y los padres de los dos rubios estaban en plena reunión mundial

-Te amo...- susurro el Kirkland acariciando su cintura, con un claro sonrojo en sus mejillas sonriendo

-Yo también...- declaró en otro susurro con su rostro en rojo

Se abrazaron con fuerza soltando ambos un suspiro, no soportaban la idea de separarse, para Tierra de Fuego, haber acompañado a sus padres a aquella reunión  fue lo mejor que pudo haberle pasado... Era feliz al lado del que ahora era parte de si (literalmente, lo era).

Manuel en cambio estaba firmando un papel, en el cual afirmaba ser una nación totalmente unida a Estados Unidos, su jefe y el del rubio habían decidido unirlos como en la antigüedad, con las alianzas y todo eso

Alfred no estaba del todo de acuerdo, se sentía presionado y muy extrañado por el silencio que había en todos lados, suspiro, era la primera junta en AÑOS en la cual iban los jefes, y solo habían ido para la unión para firmar que estaban de acuerdo con la unión de ambos países americanos

-Alfred...-murmuró su hermano Matthew, junto a Arthur y Francis que estaban detrás del canadiense, los tres mirándole fijamente

-¿Uhm?- soltó girandose y les sonrio levemente

-¿Estas seguro de esto?-susurro el representante de Inglaterra preocupado, había notado las miradas extrañados que se dirigían el chileno y el estadounidense, no le parecía justo...

Pero eran países, no importaba lo que ellos quisieran... Sino, lo que los humanos quisieran. Por parte del chileno, sus hermanos latinos le miraban con miles de pensamientos y sentimientos en mente... Sus vecinos Perú, Bolivia y Argentina simplemente desviaban la mirada desganados, si querían vengarse del chileno ahora menos podrían hacerlo, estaba totalmente protegido por el país Número 1. Los demás simplemente se mantenían en silencio o susurrando entre sus cercanos, no querían molestar ni hacer enojar a sus jefes

Los de África, Europa y Oceanía se mantenían al margen, España y Alemania más que nada estaban atentos a Chile, tenían cierto orgullo de que este hiciera algo tan importante como aquello a esos dias, pero también le tenían algo de miedo

Que algo que tu crías te supere y logre algo que era considerado imposible les daba algo de miedo. Pero todo esto se podía resumir en tres personas

Martin, Manuel y Alfred...

El rubio de ojos verdes sólo se digno a mirar de reojo a su ex-novio, su cabello castaño relucía aún más y sus ojos brillaban como hace tanto tiempo habían dejado de hacerlo, su piel trigueña ahora era marcada por otra boca y otras manos... gruño en respuesta a su pensamiento y desvío nuevamente la mirada hacia la ventana, donde pudo ver a su "hijo" siendo mimado por su novio, sonrió levemente

A pesar de todo, la isla no le culpaba, no culpaba a nadie... Carlitos pensaba tan inocentemente... El argentino sentía su corazón estremecerse cada que recordaba la voz de su pequeño decirle "Tranquilo papá, entiendo... Pero tranquilo, no te culpo, yo te sigo queriendo... Porque estes o no con mamá, sigues siendo mi papá... Y eso serás siempre"

Manuel estaba nervioso, y con bastante miedo. Nunca imagino "casarse" con alguien más que no fuera su amado argentino, pero aquí estaba, diez años habían pasado desde que aquel rubio le dejo... diez años sin sus caricias ni sus besos... diez años compartiendo cama, casa y demás con alguien más y aunque extrañaba escuchar aquel acento y los constantes "Che", "Vos" y uno que otro "insulto", ahora debía conformarse y acostumbrarse al acento inglés americano

Para que un amor se juntara, otro debía separase... Eso era lo que pensaba Estados Unidos cuando fue su turno de firmar, no se sentía culpable de separar al castaño del otro rubio, en más se sentía feliz por haber logrado su objetivo y de paso, había logrado que la Isla de Tierra de Fuego se enamorará de alguien. Destruyó una relación pero creo dos más...

Salían ganando ¿No?

Martin era libre de ser como quisiera
Manuel seguiría sus ideales con alguien como él, que tenía todos los medios habidos y por haber para apoyarlo
Carlitos y Peter serían felices con su pequeño gran amor. Al final, todo quedó como Estados Unidos de América quería que quedará.

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