Shhh...

402 27 19
                                    


Manuel no paraba de dar vueltas  por aquella sala de espera en el hospital, habían pasado a penas tres días desde que finalizaron la tercera gran guerra, y como era de esperarse el mundo aún estaba levantándose y recuperándose poco a poco.

Martín y Alfred estaban allí, a su lado, tratando de hacer que se calmara y se sentará de una vez, cosa que sólo hacía que el castaño se estresada más de lo necesario...

-Familiares de... Carlito-

-¡AQUÍ!-grito Manuel acercándose rápidamente al doctor quien le miro extrañado y algo asustado- ¿¡C-Como esta!?

-Tranquilo...-dijo el hombre tratando de calmarle- El menor está bien, sólo está inconsciente y algo débil por la explosión pero vivirá sin problemas...

"Es una nación después de todo" pensó el doctor, pero no lo dijo por la simple razón de que su atención y la del castaño se dirigieron hacia los lugares en donde estaban los rubios

El estadounidense estaba hecho una furia pero no lo estaba aparentando con calma que parecía tener, tres días antes, cuando finalizó la guerra... Rusia había enviado unas bombas al punto débil de las tres naciones que le habían dado un gran dolor de cabeza...

La Isla Grande de Tierra de Fuego..

Carlitos había resultado gravemente herido, y allí recién los humanos entendieron su error después de ver llorar (literalmente) a medio mundo porque acabase de una buena vez la guerra y que nunca más volviera... a todos les había dolido tener que volver a tomar sus armas y arremeter contra sus amigos

El chileno suspiro aliviado cuando le dijeron que podía pasar a ver a su niño, tomo la mano de ambos rubios y los arrastró hasta la habitacion de la Isla. Carlitos estaba profundamente dormido, con vendas en su cabeza y alrededor de su cuerpo, con una pierna alzada y con yeso, conectado a máquinas y con su oveja Como Tu dormido a un lado de la camilla aferrado a lo que había sido el sombrero favorito de Sealand

-Se ve tan frágil...-susurro el argentino dolido abrazandose si mismo

-Siempre lo fue..-susurro el otro rubio igual de dolido desviando la mirada

Estaba sintiendo que allí, él sobraba...

-Nunca tanto...-dijo el único castaño, el conocía mejor que nadie al menor- Estaba recién... recuperándose de un corazón roto...

Susurró acercándose a la camilla tomando la frágil y débil mano de su quería isla compartida. Los tres guardaron silencio conteniendo las lágrimas, tampoco podían hecharle toda la culpa a Rusia siendo que este había sido obligado, tal y como había sido obligado el estadounidense cuando lanzó las bombas a Japón.

Cuando fue la hora de irse, al terminar la hora de las visitas Chile se puso de pie limpiando su rostro y antes de que alguno de ellos pudiera detenerle salió corriendo de la habitación a mirar atrás, y sin esperarles corrió lo más rapido que pudo hasta su casa.

No lo soportaba más...

Sólo quería ver que su hijo estuviera mejor... este no había sido su año para nada...

Haberlo perdido durante esos meses después de la desaparición de Sealand y que ahora estuviera en coma le devastaba... a él y a todo el mundo

Al llegar a casa abrió la puerta con sus llaves temblando, entro y cerró la puerta de golpe con seguro y subió las escaleras casi tropezando, en su habitación se dejó caer sobre la cama tomando la primera almohada que pudo tomar y grito con fuerza dejando salir sus lágrimas y sus fuertes sollozos

Nuestro... ¿Secreto? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora