Capitulo 4

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Acerca su frente a la mía rozando mis labios sin agarrarlo, y es que es lo que más quiero que haga, que los agarre. Él se hace hacia atrás, lamiendo ahora él sus labios. Ese maldito movimiento hace que mi cabeza se incline hacia atrás y deje escapar un "o dios".

Envuelvo mis brazos alrededor de su espalda y meto mi cabeza en su cuello, necesitaba de su aroma. Los siguientes minutos su cuerpo me hace gemir varias veces, pero pasamos más de caricias, dado hecho que ambos nos encontramos aun con ropa.

En un momento dado, volví a la noción del tiempo y me acorde de la cita con Rilan.

Tenía en mente pedirle a jang que se detuviera aunque era lo que menos quería en este momento.

-Jang –susurre, pero no me hoyo.

-Jang –dije tirando un suspiro, el último que me quedaba.

-Hikari si vas a pedirme que me detengas hazlo ahora, pero si no lo haces juro que no podre controlarme. –dijo mirándome a los ojos.

-No te detengas jang, no lo hagas por favor –susurre, al diablo la cita con rilan, estaba con jang, la habitación en fuego y no había nada más parecido a la sensación de sentirme correspondida con él y aquí.

-Gracias Hikari –susurra sin aliento.

Él vuelve a besarme cada parte de mi cuello y cara sin tocar los labios. No puedo aguantarlo más, estoy clavando mis uñas en su espalda en este momento. Levanta su cara y sus ojos seductores, su mirada pervertida.

- Hikari tengo que besarte en este momento, no puedo aguantarlo –susurra casi suplicando.

-Hazlo ya –suplico.

Y nos besamos, nos besamos sin piedad, sin odio, con amor, necesidad, calor y frenetismo.

Agarro las sabanas con mis puños puesto que no puedo aguantarlo más.

Él sigue besándome con más frenetismo, mucho calor.

Sin más preámbulos mis manos se deslizan desbotonando los botones de su jeans, mis dedos tiemblan pero necesito que se los saque.

- Hikari no lo hagas- susurra

-Déjame hacerlo por favor –le suplico.

Pero él se aleja de mí y se arrodilla viendo como desabrocho sus jeans. Pero toma mis manos y las detiene.

-No Hikari  hoy no-besa mi frente.

-¿Por qué?-

-No estoy preparado para esto –sonríe y se aleja de mi tomando su camisa y poniéndosela.

-Está bien jang no hace falta que te vallas.

-Debo irme, no puedo estar un segundo más contigo en esta cama-toma sus casas y se va a la cocina.

Lo sigo.

-Perdón –susurro.

-¿Qué?- pregunta

-Perdón por arruinarlo –

-No pidas perdón, fui yo el que te dejo ir muy lejos, igual van a ver más oportunidades no lo olvides. –besa mi frente y se aleja mirándome pícaramente, seductoramente y frenéticamente.

Él se aleja, cierro la puerta y me dejo caer detrás de ella.

Dios jang, jang, jang, ahora solo tengo a ese nombre en mi mente.

Miro la hora y apenas habían pasado 30 minutos maldición como puede alguien hacerte tantas cosas en solo 30 minutos.

Corrí al baño a arreglarme y maquillarme nuevamente. Aun pensando en lo que acababa de ocurrir

Lovey ComplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora