Capítulo 2

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Íbamos caminado junto a Sofía por los pasillos de la escuela, hablando sobre las clases.

-Entonces ¿tu deseo se ha cumplido? –pregunto Sofía

-No lo sé, la verdad no me acuerdo de eso, ni siquiera me acuerdo de lo que pedí. –dije confundida.

-Pues no te lo diré, tendrás que darte cuenta sola. –dijo burlándose.

-Ayúdame ni siquiera me acuerdo del día de ayer. –dije ubicándome en la silla del curso.

-Maldición advertí sobre tu deseo, el olvido es algo común, yo tampoco me acuerdo de lo que pedí para mis 17 pero estoy segura que se cumplió, pues se lo conté a mi madre y ella me lo dijo, pero tú me dijiste algo que tendrás que acordarte sola, no puedo ayudarte sino el destino de tu deseo se complicara demasiado, pues es sorpresa. –dijo sentándose a mi lado.

-Maldición, debería haber pedido recordar mi deseo –dije sonriendo.

La clase comenzó, todos los alumnos adentro. Pero no pude evitar ver al nuevo joven de transferencia.

Él entro al salón, como si le perteneciera la clase, dejándonos a todas con la boca abierta.

Su cabello largo hasta los hombros, su campera de cuero negra, sus jeans ajustados negros, su camisa blanca, su collar, sus labios, sus rosas labios.

-Otro creído que llego al curso –dijo Sofía acomodándose en el asiento y sacando sus libros.

-Es lindo –fueron las únicas palabras que pude pronunciar.

-¿Qué?-pregunto

-El nuevo, ese chico es lindo –saque mis útiles también.

-Como digas-sonrió

La clase continúo con total normalidad, nadie parecía notarlo al joven.

Pero yo no estaba en esa clase, bueno mi cuerpo si estaba pero mi pensamientos, estaban puestos en él, ese joven.

La forma en la que mordía su lápiz, ese labio, sus ojos mirándome, mirándome, maldición me estaba mirando con la cara de estúpida que tenia.

-Hola –dijo sonriendo, mirándome tiernamente, moviendo su mano de lado a lado, en señal de saludo.

-Hola-susurre (estaba en clases) también moviendo mi mano en señal de saludo.

Ya no lo estaba mirando, ahora miraba al pizarrón, solo al pizarrón.

Pero maldición mis ojos querían verlo, quería voltear a verlo.

Pude notar de reojo, como ahora era el que me miraba, de reojo podía notarlo, él me estaba viendo.

Al final de la clase volvimos a caminar por los pasillos de la escuela.

-No lo note –dijo Sofía dejando sus libros en el armario.

-No estoy segura, pero creo que se la paso mirándome toda la clase –dije dándome la vuelta y volviendo a caminar.

-Tengo que volver a clases, nos vemos luego ¿sí? –dijo alejándose de mí

No alcance a decir bay, cuando la vi entrar a su curso.

Fui al kiosco de la escuela, era junio hacia frió y la verdad un café a estas alturas de la mañana me vendría muy bien.

-Un café por favor –pedí

-Son $5 –dijo extendiendo su mano a mi billete.

-Yo pago –la voz, su hermosa voz.

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